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Rosario Tijeras – Jorge Franco Ramos

Rosario tijeras

ROSARIO TIJERAS

Jorge Franco Ramos. Plaza & Janes Editores, 1999.

Jorge Franco Ramos nació en 1962 en Medellín, Colombia. Estudió Literatura en la Universidad Javeriana y realización de cine en la London International Film School. Ha escrito tres novelas, la más famosa de ellas Rosario Tijeras, escrita en 1999, traducida a varios idiomas, hecha canción (interpretada por Juanes) y llevada al cine (director Emilio Maillé) y a la televisión (directores Rodrigo Lalinde, Carlos Gaviria e Israel Sánchez) colombiana, estadounidense, ecuatoriana y venezolana entre otros países (de éstos dos últimos fue  retirada por fuerte contenido y por alto contenido de narcotráfico respectivamente).

Rosario Tijeras es una obra que toca un tema vibrante pero cuyo estilo es más bien mustio, ambas apreciaciones con sus salvedades. Se ambienta en Medellín, Colombia, en la década de los ochenta, época en que la ciudad andaba convulsionada  por la violencia, producto del nacimiento del narcotráfico organizado y de la creación de grupos armados que protegían ese negocio ajustando cuentas por medio de los sicarios (jóvenes asesinos a sueldo). Para darnos una idea de la dimensión del problema señalemos que se estima que a finales de la década de los ochenta   ocurrían unos cuatrocientos  homicidios al año por cada cien mil habitantes –unos seis mil muertos por año en la ciudad- cuando el promedio de Latinoamérica no llegaba a veinte.

La primera salvedad es que la novela no aborda realmente esta problemática sino que la enfoca a partir de la vida de una mujer llamada Rosario Tijeras, un personaje ficticio que proviene de las comunas de Medellín -como se denomina a los barrios pobres de esa ciudad- y que se ve envuelta en ese mundo de violencia. Rosario no solo sufre carencias materiales sino que es violada de niña. Al crecer manifiesta su rebeldía en la escuela con abierta agresividad. En una oportunidad le rayala cara a una profesora usando unas tijeras, por lo cual es expulsada del colegio. A los once años secuestrará a otra profesora y le cortará el pelo a tijeretazos. Usará la misma arma para vengar una segunda violación, y no le temblará la mano por continuar matando por razones más débiles. Rosario es bella y explota su atractivo para conseguir lo que quiere. Es hermana de un sicario y novia de otro, hasta que conoce a Emilio y Antonio, muchachos provenientes de una clase acomodada, e inicia con los ellos una relación sentimental insana. Pronto se hará famosa en la ciudad, se verá consumiendo drogas y prostituyéndose con los “duros” del cartel de Medellín, y arrastrará a sus nuevos amigos en ese camino destructivo.

Seguir la vida de Rosario podría habernos permitido conocer de adentro los vericuetos de la vida de un sicario o de los mafiosos de la droga, pero no es el caso. Jorge Franco no emprende ese camino sino que se centra en el drama de la vida de Rosario, de manera más bien superficial. Por añadidura, Antonio y Rosario –los protagonistas de la obra- son extremamente reservados, de modo que no nos contarán muchas cosas; a no ser por los momentos en que Antonio decide exponer sus sentimientos. Sí, porque en el fondo esta novela es una historia de amor; el amor incondicional que Antonio profesa en silencio a Rosario, guardando la esperanza de que ella le corresponda. Y aquí aparece la segunda salvedad, porque a pesar de lo quedo y callado de su amor, Antonio nos llega a transmitir sus sentimientos. Antonio será testigo de la muerte, el peligro, el ocultamiento, la relación que ella mantiene con su mejor amigo, de sus depresiones, y su autodestrucción, pero nada de esto lo hará alejarse de ella. Para su dolor, nada logrará acercarlo tampoco.

La relación violencia y creencia religiosa, se nos muestra señalando, por ejemplo, cómo los sicarios usan escapulariospara protegerse,hierven las balas con las que van a realizar sus “encargos” para no fallar en el intento, etc. Creo incluso que el nombre de la protagonista –que es además  el título del libro- alude a esa relación (Rosario significaría el rezo católico o la sarta de cuentas que sirve para realizar ese rezo, y Tijeras sería el símbolo de la violencia). No obstante, todo esto ya ha sido tratado, y con mayor amplitud, en La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo.

La obra no me convenció. Dicho esto, sin embargo, debo recordarles  que tuvo un gran éxito –vuélvase a leer el primer párrafo de este artículo- y que ha sido merecedora de la Beca nacional de novela del Ministerio de Cultura y del  Premio internacional de novela Hammett 2000. Ustedes decidan.

¿RECOMENDARÍA LEER ESTA OBRA?

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