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Morirás mañana – Jaime Bayly

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MORIRÁS MAÑANA

Jaime Bayly. Alfaguara, 2012.

Jaime Bayly nació en el Perú. Incursionó en la televisión peruana a los dieciocho años de edad y se hizo famoso gracias a su rol de entrevistador inteligente, agudo e insolente. Desde entonces prosiguió una carrera como periodista en distintos países del continente conduciendo una gran variedad de programas televisivos. Publicó su primer libro en  1994, a los veintinueve años de edad, dando así inicio a su carrera literaria. Desde entonces ha escrito dieciséis libros, casi uno por año. Los tres últimos forman la trilogía llamada Morirás mañana con los siguientes subtítulos: El escritor sale a matar, El misterio de alma Rossi y Escupirán sobre mi tumba. Esta trilogía es la obra de la que nos ocuparemos enseguida.    

Trataré esta trilogía como un solo libro y comentaré su temática, la caracterización de los personajes,  los esfuerzos de Jaime Bayly por evolucionar como escritor, la realidad escondida en la ficción y, finalmente, subrayaré sus mejores logros y algunos de sus errores.

La temática  es la historia de un escritor, Javier Garcés, que se convierte en asesino en serie después que le diagnosticaran una enfermedad mortal y le dieran seis meses como plazo de vida. Sus escenarios: Perú, Chile y Argentina. Para comenzar, ya desde aquí le concederé algún crédito a Bayly por la originalidad del tema y porque demuestra un esfuerzo por elaborar una trama, a diferencia de lo que ha hecho con muchos de sus libros anteriores donde su testimonio personal es esencial.

Salta a la vista que el libro trata sobre crímenes. Basada en este hecho,  la Editorial Alfaguara ha catalogado a esta novela como “Policíaca o de Espionaje”. Sin embargo, no creo que esta aproximación sea acertada. Bayly está lejos de haber capturado el perfil de un asesino en serie, y me atrevo a apostar que ni siquiera lo ha intentado. Por otro lado, aunque se nombran algunos detalles de la manera de llevar a cabo estos asesinatos, no hay una  recreación en el tema; el regocijo consiste más bien en cambiar de víctimas. Además, la policía jamás aparece detrás de las huellas de Garcés. Es decir, que no hay una intención de elaborar suspenso, indagación o persecución.  Lejos de ser una novela policíaca.

¿De qué trata entonces esta obra? De tres temas: 1) de algunas de las pasiones más bajas del ser humano: el odio y el rencor; 2) de la miseria que anida en el mundo de los famosos o poderosos, ya sean escritores, comerciantes o personajes de la televisión, el teatro y la farándula en general  y 3) del misterio del amor. Como casi todos estos asuntos tienen carácter testimonial, tendríamos que restarle al autor el crédito que le acabamos de otorgar. Prefiero, sin embargo, mantener ambas posturas. Es verdad que Bayly sigue echando mano de sus experiencias de vida antes que exigiendo a su imaginación; pero es cierto también que en esta obra nos ofrece un mayor esfuerzo creativo.

No obstante, la preocupación central del autor no es la trama. Tal como él mismo lo ha declarado, le importa más el personaje que el argumento. Veamos entonces cuáles son los personajes de Bayly en esta obra. Garcés, sualter ego, atestado de sórdidos sentimientos, insultante, descarnado, discriminatorio.Sus víctimas,  más decadentes aun: inmorales, vulgares, drogadictos, desgraciados, rateros, etc. Todo lo que ya conocemos de Bayly. Nada edificante.  Sin embargo sigue atrayendo y se le sigue leyendo. ¿Por qué? Podríamos aducir que es por su sarcástico humor pero creo que esa razón no lo explica todo. ¿A qué más podemos recurrir? Voy a aventurarme con una hipótesis. Sospecho que sus lectores comparten muchos de sus sentimientos y desean manifestar a través del autor aquello que ellos no se atreven a decir. Porque –admitámoslo– Bayly es el único que osa exponerse y flagelarse públicamente,  él desnuda sus emociones, sentimientos o pensamientos cuando las demás personas los guardan celosamente. Porque es el único que usando un lenguaje coloquial toca el fondo de nuestras limitaciones humanas, de nuestras bajezas,  de nuestros conflictos y de nuestros tormentos. Además porque detrás de sus agresiones, a mi modo de ver, hay un ser desvalido, condición que también nos es común a todos. Léase varias  veces el capítulo cuarenta del último libro de la trilogíapara entender a qué me estoy refiriendo. No creo exagerar. Tan importante es que de esa página extrae Jaime el subtítulo de su tercer libro.

Hablemos sobre la curiosidad. El autor ha confesado que las catorce muertes que Garcés realiza en esta novela están inspiradas en sus sentimientos hacia gente que él conoce en la vida real.  Una estratagema de la que Bayly es muy consciente desde el  triunfo de su primer libro. Sabe que eso despierta el interés del público por descubrir quién se esconde detrás de esos personajes. En lo que a mí concierne —debo confesarlo— dediqué más de una hora a tratar de averiguar al menos quién era la persona que parecía más fácil de descubrir: Carlos Cacho Legrand, un “enano calvo de nariz puntiaguda”, conductor de un programa argentino televisivo “amarillo, peligroso, sensacionalista” llamado “El Mundo de Cacho”. La verdad, me costó mucho orientarme en esta búsqueda ya que ignoro todo de la televisión argentina. Pero allí estuve, investigué en la red y llegué a barajar algunos nombres  (Roberto Pettinato en “Un Mundo Perfecto”, Paco Cambiasso en “Duro de domar”, Jorge Lanata en “Periodismo para todos”, Gerardo Rozín en “Esta Noche”, etc.) pero no concluí nada. Terminé abandonando el proyecto pensando que a lo mejor Bayly nos había hecho una broma de mal gusto enviándonos  pistas falsas.  No lo sé. Dejo el trabajo a otros que espero sean más empeñosos y exitosos. Un atractivo más del libro.

¿Lo mejor de la obra? El retrato de los argentinos (capítulo ocho). La descripción subjetiva que Jaime Bayly hace de Javier Garcés así como del rol que juega la escritura y la memoria en su vida (capítulos cuarenta y quince respectivamente) (¿habrá hablado de sí mismo? Yo creo que sí). Estas referencias pertenecen al tercer  libro. Otro logro: Alma Rossi como personaje. Una mujer convincente, con un carácter e historia coherentes, aunque quizá se mostró algo exagerada en lo que era capaz de hacerle a su madre.

¿Más exageraciones? Las intuiciones de Alma. La cabeza que habla todavía después de decapitada.

¿Los errores? Hacer la novel a en tres libros cuando podría haberla condensado en uno solo, o dos a lo mucho (Javier Garcés mismo parece reconocerlo cuando habla de su propia trilogía y sospecha que la ha extendido innecesariamente). Aunque varía de víctimas, se excede en lo mismo (sus odios, rencores y deseos de venganza). Repite nombres e historias ya mencionadas. Crea nuevos capítulos cada dos o tres páginas. Otro tema poco acertado es el haber introducido ese gran encuentro con Borges –lo asumo cierto– en un libro que no debería tocar a ese gran pensador. ¿Luis Felipe es Malas o Molas? Y otras incongruencias que no sé si son producto de la desconcentración o de la intención.

Ahorrémonos más comentarios. Podremos llenar cien páginas de críticas, avergonzarnos al contestar a quién estamos leyendo  y jurarnos que no leeremos más a Jaime Bayly pero lo cierto es que él publicará un nuevo libro  –malo o peor– y este actuará como un imán cuyo campo magnético nos volverá a atrapar. Inevitable.

¿RECOMENDARÍA LEER ESTA OBRA?

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