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La Virgen de los sicarios – Fernando Vallejo
LA VIRGEN DE LOS SICARIOS
Fernando Vallejo. Alfaguara, 1993.
Tremenda novela. Empecemos por la temática. El protagonista, un hombre maduro llamado Fernando, gramático de profesión, homosexual y querellante, regresa a Medellín, su ciudad natal, después de haber vivido fuera de Colombia durante muchos años (nótese que todas estas características, sin excepción, coinciden con la del autor, Fernando Vallejo, lo cual no es extraño pues muchas de sus obras son autobiográficas). Fernando conoce a Alexis, un muchacho menor de edad con quien decide convivir, y de quien descubre que es un sicario. Acompañado de Alexis, camina por la ciudad y es testigo de una serie de crímenes que éste comete sin experimentar el menor remordimiento y bajo total impunidad. De ellos nos habla, al mismo tiempo que nos muestra la gran transformación que ha sufrido su ciudad desde la época en que él viviera allí.
Su enfoque es aun más sorprendente que los mismos hechos. O el autor es un brutal provocador, irónico y sarcástico al extremo, o es un racista, clasista, suerte de neofascista o neonazi; a menos que sea una mezcla de ambos. Veamos algunas de sus perlas: Dios no existe, y si existe es malo, es el Diablo; los funcionarios de hoy en día no tienen imaginación como no sea para robar; el gen de la pobreza se trasmite, por razones genéticas el pobre no tiene derecho a reproducirse; no hay plaga mayor sobre el planeta que el campesino colombiano, no hay alimaña más dañina; en Medellín no hay inocentes, todos son culpables y si se reproducen más, padecen de una vileza congénita, crónica, es una raza envidiosa, rencorosa, embustera, traicionera, ladrona. ¿Soluciones? Cortar de tajo, cianurarles el agua, o instaurar un paredón donde pueda aplicarse un fumigador, y de ahí al pudridero; el Estado está para reprimir y dar bala, no más libertad de hablar, de pensar, de obrar, de ir de un lado a otro, lo demás es demagogia, democracia.
Suficiente. Demasiado. Así se expresa el autor. Sólo queda preguntarnos: ¿cuánto de esto piensa Fernando Vallejo realmente? ¿es pura ironía? ¿o lo que busca es despertar nuestras conciencias, inducirnos a la polémica?
Al margen de la bellísima estética de su lenguaje, de la ágil dinámica de su narrativa y de la desafiante complejidad con que transmite sus mensajes, esta novela es profundamente dolorosa y deprimente. Conlleva un cuestionamiento existencial de la vida del ser humano, la que al parecer de su autor no tiene ningún valor ni razón de ser. Vallejo transmite en esta novela desesperanza total, decadencia, nihilismo. Allá usted si se atreve a leerla (aunque yo no me la perdería).
¿RECOMENDARÍA LEER ESTA OBRA?
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