Del amor y otros demonios – Gabriel García Márquez
DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS
Gabriel García Márquez. Editorial Sudamericana S. A., 1995.
Gabriel García Márquez (GGM) nació en Colombia, departamento de Magdalena, Aracata, en marzo de 1927. A los 55 años, en 1982, recibió el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca justificó esa decisión diciendo que el autor había logrado mezclar lo fantástico con lo real mientras presentaba los conflictos de Latinoamericana. Se referían al estilo que GGM ha hecho famoso y que se denomina realismo mágico. GGM es reconocido también por sus posiciones políticas ya que ha manifestado abierta simpatía por la revolución cubana y es amigo de Fidel Castro. También ha sido mediador entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano, entre el grupo M-19 y el gobierno de Betancourt, y entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Andrés Pastrana.
Del amor y otros demonios nos habla de Historia y del poder de la Iglesia católica en la época en que el virreinato español todavía gobernaba algunos países de Latinoamérica. En ella hace interactuar a diferentes clases sociales presentándonos sus ambiciones, mezquindades, amores y desamores. Está ambientada en la segunda mitad del siglo XVIII en Cartagena de las Indias, puerto colombiano donde se traficaba con negros traídos de África.
Su protagonista es Sierva María, una niña blanca de 12 años, hija del marqués de Casalduero, don Ygnacio de Alfaro y Dueñas y de su esposa Bernarda Cabrera, una mestiza proveniente de una familia arribista. La niña fue abandonada por su madre y descuidada por su padre desde el comienzo de su vida de modo que terminó siendocriada por los esclavos yoruba de la casa, bajo el mando de una negra esclava llamada Dominga de Adviento. Esta amamantó a la niña, la bautizó y la consagró a Olokun. La niña aprendió tres lenguas africanas: mandinga, yoruba y congo, aprendió a cantar en todas ellas, aprendió a bailar, a degollar animales, a comer criadillas y a beber sangre de gallo, a creer en los simbolismos de los collares indígenas y, en general, a vivir la cultura de los negros que la criaron y amaron.
Un día la mordió un perro callejero rabioso. Se esperaba que fuera contagiada de la rabia y muriera, pero eso nunca sucedió. Sin embargo, Sierva María fue acusada estar poseída por el demonio, un mal no menos grave que el de la rabia. Se le encerró en un convento regido por una abadesa de poca inteligencia y menos sensibilidad, quien además tenía fuertes y antiguas rencillas con el obispo. El trato a Sierva María fue producto de dichas limitaciones. Mientras tanto el obispo le encargó al padre Cayetano Delaura exorcisarla. Sucedió lo inesperado: Cayetanose enamoró profundamente de la niña. El obispo se enteró por confesión propia de Cayetano de sus sentimientos; en consecuencia lo destituyó de sus funciones enviándolo a un hospital a cuidar enfermos de lepra. Eso no impidió que él encontrara la manera de seguir viendo a Sierva María a escondidas y lograra conquistar su corazón. Ambos vivieron noches de romanticismo y pasión hasta que llegó el desenlace de la historia.
Muchos aspectos brillantes en esta obra la hacen alcanzar la talla de las grandes producciones literarias. Para empezar señalemos el extenso vocabulario manejado por el autor, algo inusual incluso entre escritores de renombre. Más admirable aún es que el autor identifique en cada personaje a un grupo social, y que al hacer encontrarse a estos personajes, refleje las relaciones que se entretejían en esos grupos en aquella época. ¿Quiénes están en entredicho? La Iglesia (abadesa, monjas de clausura, padre, obispo) y la institución de la familia (la del marqués y su esposa Bernarda, la de los padres de cada uno de ellos) y los agentes de la autoridad (el marqués y su mujer). En la novela muchos de estos personajes parecen estar poseídos por el mal (de ahí la referencia a los demonios). Lo valioso de cuestionarlos es que al hacerlo se pone en controversia todo fundamentalismo religioso y se evidencia la facilidad con que pueden quebrarse los valores morales cuando se trata de conformar una familia o cuando se trata de ejercer el poder si las ambiciones o la desidia personal están de por medio. Los negros africanos o su mestizaje salen victoriosos de esta confrontación por lo que la novela es en cierto modo una revalorización de estos grupos culturales.
Sierva María es el símbolo del dolor y del valor, una víctima que sufre las consecuencias de una sociedad inmadura y malsana. Ni siquiera el amor de Cayetano pudo salvarla porque incluso ese amor fue considerado demoníaco como bien insinúa el título de la obra (obsérvese que este identifica al amor con un demonio). Tampoco la salvó la cultura —simbolizada en la poesía de Garcilaso de la Vega y en la sabiduría de Cayetano— ni la ciencia —representada por el médico disidente portugués Abrenuncio de Sa Pereira Cao. Es decir que nada pudo más que el poder de la Iglesia.
Es admirable también el trabajo del paratexto (lo que se escribe fuera del texto propiamente dicho, incluyendo el título). Gabriel García Márquez inicia la novela introduciéndose a sí mismo como personaje. Nos cuenta que el 26 de octubre de 1949, ejerciendo sus funciones de reportero, lo enviaron al convento de Santa Clara en búsqueda de una noticia. La consiguió, ya que fue testigo del descubrimiento del peculiar cadáver de una niña. Hasta aquí estamos frente a la determinación del carácter real de la novela, o al menos de su origen ya que el mismo autor así nos lo dice. Sin embargo, inmediatamente nos habla de la larga y viva cabellera de este cadáver, la cual contaba con veintidós metros y once centímetros, lo cual es explicado por el maestro de obras sin ningún asombro ya que según su él “el cabello humano crecía un centímetro por mes hasta después de la muerte, y veintidós metros le parecieron un buen promedio para doscientos años”. El autor recordó entonces que su abuela le hablaba de “la leyenda de una marquesita cuya cabellera se arrastraba como cola de novia”. Este elemento confunde la ubicación del lector. ¿La obra está basada en un hecho real o es una invención? ¿Podría ser cierto que se hubiera descubierto una cabellera tan larga? ¿podría ser cierto que esta hubiera crecido hasta después de la muerte de la niña? Es obvio que Gabriel García Márquez hace esto intencionalmente. Este es un ejemplo claro de lo que se ha dado en llamar realismo mágico,que no consiste en introducir la magia en la narración como muchos creen, sino en hacer pasar los hechos irreales e inconcebibles como si fueran reales.
Finalmente quisiera compartir algunos elementos que enriquecen la obra, al menos para quienes nos interesamos en el llamado turismo literarioy que creemos añaden una emoción interesante a la lectura. La casa donde supuestamente nació Sierva María existe y perteneció al marqués de Valdehoyos, encargado de importar harina y esclavos a la ciudad. El convento donde encerraron a Sierva María es hoy en día el Hotel Santa Clara. El lote contiguo al convento por donde Cayetano entraba a ver a Sierva María por las noches es hoy en día ni más ni menos que la casa del propio Gabriel García Márquez.
¿RECOMENDARÍA LEER ESTA OBRA?
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Publicado el marzo 30, 2014 en CRÍTICAS y etiquetado en Crítica, Crítica literaria, Del amor y otros demonios, Gabriel García Márquez, García Márquez, Literatura Colombia, Reseña, Reseña literaria. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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