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Cuentos de autoamor y autopistas – Camila Reimers

CUENTOS DE AUTOAMOR Y DE AUTOPISTAS

Camila Reimers. Lugar Común Editorial, 2014.

Camila Reimers, escritora canadiense nacida en Chile, es autora de tres novelas: Hijos de lava (2005), Tres lotos en un mar de fuego (2007) y De conventos, cárceles y castillos. Ha escrito numerosos cuentos en español e inglés, destacando la colección Chakra Number Eight: Tales of Humour and Soul (2010) en inglés. Ella es también locutora de radio CHIN Ottawa 97.9 FM a cargo del programa infantil que en 2013 ganó el premio Canadian Ethnic Media Association al mejor programa radial étnico en Canadá. En 2014 uno de sus cuentos fue seleccionado para un proyecto auspiciado por la UNESCO entre los seis mejores cuentos infantiles recibidos a través de cuatro años para el concurso Rainbow Caterpillar Kid Lit Award.

En Cuentos de autoamor y de autopistas volvemos a encontrarnos con la Camila Reimers que ya conocemos, pero con algunas sorpresas a las que ya comienza a acostumbrarnos también. La autora de siempre es aquella que se inquietará por el desafío espiritual que experimentamos los seres humanos cuando queremos encontrarnos a nosotros mismos en el camino que nos toca vivir (es decir, en nuestras autopistas) y aceptarnos y amarnos tal como somos, no como otros quisieran que seamos o como uno mismo quisiera ser (autoamor). La autora que sorprende es la que se aventura a escribir en un nuevo género tan diferente al de la novela: el de los cuentos.

Aunque escribir cuentos está percibido, en general, como un arte más sencillo que el de escribir una novela, lo cierto es que no lo es. El cuento, como la poesía, tiene sus propios destinos, ritmos y tensiones. Cuánto novelista famoso ha sido incapaz de escribir un poema, el arte literario más difícil de lograr a mi modo de ver. En este libro, Camila Reimers se lanzó  a explorar este nuevo mundo literario con nada menos que quince cuentos, lo cual nos habla nuevamente de su versatilidad. Los protagonistas de sus cuentos son mujeres y hombres adultos, jóvenes, niñas y hasta un ser híbrido, imposible de encasillar. Estos personajes le permitirán desarrollar diversos temas: el de dejar de ser alguien, el comenzar a ser alguien, el sufrimiento por no tener lo que se desea, el rendirse a relaciones no sanas por no amarse bien o suficientemente, la liberación de problemas psicosomáticos a partir del volver a nacer, los procesos de desarrollo, la apariencia versus la esencia del ser, la obsesión, la apatía y el miedo.

La autora se aproxima a estos temas de manera enigmática, trastocando los tiempos y haciendo alusiones a la magia, los sueños, las visiones, la meditación, las metáforas, los símbolos y las analogías. Sin embargo, a veces los aborda desde un punto de vista más terrenal, adentrándose acertadamente ─con los límites que permite un cuento─ en la psicología de las personas. Como ejemplos nombremos el enfoque de una relación insana constituida de un «sí, pero no» con el que juega una pareja; el desconcierto infantil frente a la cruda realidad y su ingenua actitud frente al porvenir y aquel hombre obsesionado con hacer hablar a su loro.

Al estilo de una prosa inescrutable se une una aproximación natural en la narración. Esta naturalidad  se presta, cuando menos lo esperamos, al encuentro con el humor: «…mi consejera […] insistió en que el problema no se debía a un desequilibrio hormonal sino a los chakras ─especialmente al número ocho (resueltamente de moda en todos los círculos espirituales)─ pues el pobrecito estaba completamente destartalado». Todo este cuento ─El chakra número ocho─ es, además,  de una gran comicidad lo que nos señala que la autora podría seguir explorando ese camino.

Para complacencia del lector y para resaltar otra cualidad de la escritora encontraremos también momentos de belleza adornando la narrativa: «el viento cobraba fuerza sobre las vastas planicies, meciendo el trigo que me saludaba en un ondular dorado y verde bajo un cielo que se disputaba la perpetuidad con el horizonte» o «Mientras abría la puerta que daba al jardín, el olor a tierra húmeda de primavera traspasó el olfato de Lucía. Las flores brotando de los árboles de damascos y ciruelos, brillaban con las últimas gotas de lluvia en las que ahora se reflejaba el sol».

Es claro que los cuentos de Camila tienen lo que Cortázar llamaba unicidad y esfericidad; es decir ese lugar que se parece a una esfera y en el cual se acomoda una trama que sabe que no debe salir de allí y que tiene muy claro adónde va. Sospecho que esto sucede porque son temas de un sentimiento auténtico que parecen nacer del mundo interno de la escritora. Lo que parece faltarle, sin embargo, es encontrar una manera más clara de comunicar esa experiencia a los lectores, quienes de no haber  vivido algo similar se aturdirán antes de entender esa subjetividad. El ritmo e intensidad serían otras áreas donde la escritora podría explorar su desarrollo profesional. Existe el ritmo, por supuesto (todo lenguaje tiene uno), pero es la misma cadencia suave, relajada, que se repite ─con ligeros matices─ a pesar de las circunstancias o  pese a que el personaje protagonista sea una niña, una mujer o un hombre. Cuando hablo de intensidad me refiero a la tensión, a esa emoción que atrapa al lector irrefrenablemente. A cambio de eso el final de sus historias nos sorprenderá o desconcertará, como muestra de otro de los rasgos positivos que también definen un buen cuento.

Escribir es un arte complejo del que Camila sale triunfante. A veces nos confunde, pero como dice Benedetti, citando a Quiroga: «El cuentista tiene la capacidad de sugerir más de lo que dice». Después de leer estos relatos, volveremos a nosotros mismos para examinar lo que nos dejan sus escritos y, si se requiriera, volveremos a estos para entenderlos y entendernos mejor.

Los detectives salvajes – Roberto Bolaño

Los detectives salvajes

LOS DETECTIVES SALVAJES

Roberto Bolaño. Editorial Anagrama,1998.

Roberto Bolaño, poeta y escritor chileno, nació en Santiago de Chile en 1953 y falleció en Barcelona a la edad de cincuenta años. Fundó el movimiento poético infrarrealista en México, proponiendo la destrucción de todas las reglas que constriñen y retrasan el desarrollo del ser humano y de sus manifestaciones. Con Los detectives salvajes ganó el Premio Herralde de Novela en 1998 y el XI Premio Rómulo Gallegos el año 1999.

Hacer una crítica literaria sucinta de una obra monumental no es difícil, es imposible. La novela Los detectives salvajes merecería muchas tesis orientadas a desmembrarla desde muchos puntos de vista, tales como el del narrador o el de lo narrado, lo técnico, lo simbólico, lo histórico, lo autobiográfico, lo biográfico, lo creativo, lo erudito, lo existencial y lo vital que ella contiene. ¿Cómo podría en estos párrafos acercarme a ese asombroso y desconcertante mundo presentado por el ilustrado Roberto Bolaño? Derrotada de antemano, presentaré mi mejor esfuerzo para esbozar un análisis.

Esta novela cuenta con más de cincuenta narradores y más de noventa monólogos, todas miradas y voces que se cruzan para contar una misma historia, utilizando el diario y el testimonio como géneros literarios. Si nos esmeráramos en simplificar la historia diríamos que se trata de la vida de dos adolescentes interesados por la literatura que más tarde van en búsqueda de una poeta, tal vez mítica o tal vez real, mientras sus amigos o conocidos cuentan la historia de esas dos vidas, en medio de la trama, aunque refiriéndose a una etapa posterior. Me explico. Estos poetas son Arturo Belano (alter ego de Roberto Bolaño) y Ulises Lima (alter ego de Mario Santiago Papasquiaro, el mejor amigo de Bolaño en la vida real, y a quien el autor le dedica este libro como homenaje de admiración y amistad). La historia es narrada por Juan García Madero en el primer y tercer capítulo del libro. Los demás narradores hablan en la segunda parte de la novela de diversos temas que tienen en común los nombres de Arturo y/o de Ulises. Esto es Los detectives salvajes en pocas palabras. ¡Pero cuánto más es este libro! Una historia de la literatura y de los escritores revolucionarios de México de la década de los setenta, para empezar.

Estos muchachos, menores de veinte años, junto con casi una veintena de jóvenes, hombres y mujeres, fundan el movimiento denominado real visceralista (referido al infrarrealismo, fundado por Bolaño y Mario Santiago en 1975) enfrentándose a todo convencionalismo literario, a favor de una expresión libre. Aunque con mucho de invención, la novela nos brinda detalles de lo sucedido en esa época, mezclando el delirio que produce la poesía ─proyectos, actividades literarias y estilo de vida─ con el despertar sexual de la juventud. Dos años más tarde Arturo y Ulises parten a Europa siguiendo rumbos diferentes. Los múltiples narradores se encargarán de contarnos sus aventuras fuera de México (muy coincidentes con las de la vida real). Así nos acercamos a las biografías de Bolaño y Mario Santiago, y al poderoso y enigmático mundo de dos poetas. La novela está llena de referencias a escritores tanto desconocidos como famosos. Se citarán muchas obras en medio de situaciones cotidianas no siempre edificantes. Aparecerán las enfermedades físicas y mentales, los hospitales, los medicamentos, el tráfico de drogas, los bares, la prostitución, el exilio, la lucha por la supervivencia; pero siempre, y por encima de todo, la pasión por las letras.

Técnicamente es una obra magistral. Se confunden intencionalmente muchas intervenciones: no solo no se usan comillas para distinguir los discursos directos e indirectos sino que estos se entremezclan en una misma oración; se dicen y desdicen argumentos y relatos; se abren opciones sin cerrarlas, dejando que reine la ambigüedad; los personajes desdicen al narrador, un personaje se convierte en narrador o le habla a este; el narrador se vuelve invisible en los monólogos; la palabra desaparece para dar espacio al dibujo, hay muchos silencios que  parecen estar ahí para que el lector responda preguntas a nivel emotivo, etc.

Buscar a Cesárea Tinajeros es hurgar en el pasado, es quizá la búsqueda de una explicación a sus propias historias, aferrarse a esos sueños que la vida frustró no solo en los poetas sino en todo joven izquierdista que quiso inútilmente cambiar el mundo, o simplemente no aceptar el fracaso, no renunciar.

Sabiendo que Bolaño es un maestro del suspenso, y teniendo el libro un título tan sugestivo, se podría  apostar a que Los detectives salvajes es una novela policiaca, pero se perdería. No presenta a verdaderos detectives y menos salvajes, en el sentido de crueles. Si bien los «detectives» ─ Arturo y Ulises─ buscan a alguien, no es al culpable de un delito sino a la persona que simboliza el nacimiento de una nueva literatura. Y son salvajes antes que por malvados, por mantenerse al margen de una sociedad que se porta «correctamente».

Bolaño es un gigante de la literatura, no debería atreverme a recomendarlo o no. El máximo puntaje es poco para él. Su literatura, sin embargo, es tan sofisticada que solo los profundos conocedores de las letras podrán percibir su grandiosidad; muchos puede que no terminen de leer este libro que contiene más de seiscientas páginas, algunas probablemente innecesarias, nada fáciles de descifrar. No obstante, mi consejo: si desea un momento extraordinario en su vida, léalo.

¿RECOMENDARÍA LEER ESTA OBRA?

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Publico este artículo en el mes de septiembre de 2015. La fecha me dice mucho porque constituye el cierre de cuatro años de publicaciones ininterrumpidas, iniciadas allá por octubre de 2011. Creo ver un símbolo en este momento, ya que el libro que aquí reseño me hace sentir que algo cambió en mí después de leerlo, así como escribir estos artículos impactó fuertemente mi vida. Todo indica que leer embellece, aunque esa belleza consista apenas en percibir la vida con más claridad, incluyendo el dolor que contiene o, mejor todavía, su inmensa majestuosidad.

De conventos, cárceles y castillos

Portyada 6

DE CONVENTOS, CÁRCELES Y CASTILLOS

Camila Reimers. Lugar Común Editorial, 2014.

 Camila Reimers escritora chileno-canadiense nacida en Chile, es autora de tres novelas: Hijos de lava (2005), Tres lotos en un mar de fuego (2007) y De conventos, cárceles y castillos. Ha escrito numerosos cuentos en español e inglés, destacando las colecciones Cuentos de autoamor y de autopistas (2009) y Chakra Number Eight: Tales of Humour and Soul (2010) en inglés. Locutora de radio CHIN Ottawa 97.9 FM a cargo del programa infantil que en 2013 ganó el premio Canadian Ethnic Media Association al mejor programa radial étnico en Canadá. En 2014 uno de sus cuentos fue seleccionado para un proyecto auspiciado por la Unesco entre los seis mejores cuentos infantiles recibidos a través de cuatro años para el concurso Rainbow Caterpillar Kid Lit Award.

Con esta novela comienza a perfilarse el estilo y las preferencias temáticas de Camila Reimers como novelista. Ya en su primera obra, Hijos de Lava, nos mostró su interés por ahondar en la búsqueda interna de nuestro verdadero ser. Para ello nos contó la vida de una persona paralizada por ataduras de las que quería liberarse, lo que implicaba enfrentar sus miedos, sus culpas, su silencio y su soledad. Esa mirada espiritual estaba apoyada en hechos de la vida real pero también en símbolos, además de estar  rodeada de fenómenos imposibles y del empeño de presentarlo todo como una unidad.

En Tres Lotos en un mar de fuego el tema es diferente: la crudeza de una extrema violencia sufrida por tres mujeres, pese a lo cual resalta la espiritualidad a través de la comunicación entre ellas tres. Esto a pesar de que estas mujeres viven en lugares y épocas diferentes (otra vez lo imposible se convierte en realidad, como queriendo demostrar que sí es posible).

De conventos, cárceles y castillos presenta la biografía de una mujer que busca comprenderse a sí misma y que habla con Teresa de Ávila, una monja que vivió en España en el siglo XVI y a quien la autora admira.  Se repite entonces la fascinación por la búsqueda interior del ser, la atracción por el diálogo entre mujeres que viven en lugares y épocas diferentes y el recurso de mezclar hechos reales con irreales, siempre en medio de una atmósfera espiritual.

El objetivo de esta obra, tal como lo menciona la autora en la introducción de su libro, es integrar a nuestra época las enseñanzas de Teresa de Ávila. Para ello recurrirá a su bagaje cultural ─un gran conocimiento sobre la vida y obra de la monja, su experiencia en la India y sus estudios y prácticas  budistas─ y a la utilización de metáforas y símbolos, muchas veces provenientes de la propia visión mística de la santa.  Para quienes tienen una formación e información similar no debe ser difícil entender la relación que Camila Reimers forja entre la vida de Sonsoles y el saber de la monja. Para los demás puede resultar una historia un poco enrevesada, lo cual no es necesariamente algo negativo, significa simplemente que no es una novela de entretenimiento sino el tipo de novela que he dado en llamar inteligente, es decir, aquella que nos hace pensar, analizar y nos invita a estudiar.

Después de leer este libro investigué algo sobre la vida y pensamiento de Teresa de Ávila en un intento por comprender mejor lo que Camila nos había narrado en él, y me encontré con dos herramientas teóricas fundamentales para facilitar la comprensión de este trabajo. Una es la metáfora entre la oración y el riego de un huerto. Para Teresa se puede regar de cuatro maneras: acarreando agua, con una máquina hidraúlica (noria), con canales o con la lluvia. Análogamente, el esfuerzo que requiere la oración va de mucho a poco (o a nada). En el proceso de desarrollo de la capacidad de orar se comprometen el silencio, la concentración, la memoria, la imaginación y la razón, hasta que todo esfuerzo cede, y rezar se convierte en un gozo que nos llena de virtudes. La segunda herramienta es el libro El castillo interior donde Teresa habla de su percepción del mundo espiritual del ser humano, semejándolo a un castillo con siete moradas que se pueden ir conquistando progresivamente: 1) La primera morada es la etapa en que la persona decide entrar a su interior (abrir las puertas del castillo); 2) la resistencia a seguir ese camino; 3) la exploración; 4) el estado de calma y silencio; 5) el encuentro con Dios; 6) la entrega total y 7) la unión con Dios.

¿Y qué tiene esto que ver con el libro que aquí comentamos? Mucho. Camila Reimers titula Moradas a cada uno de los siete capítulos de su libro. La vida de Sonsoles pasa por cada una de esas moradas y, cuando menos lo esperamos, aparecen los sistemas de riego. Siendo la escritura de Camila enigmática, será muy lentamente que comprendamos qué viene de Teresa, qué de Sonsoles, qué le pertenece a la autora misma y cómo se relacionan todos esos contenidos. La autora no se esfuerza en complicarnos las cosas pero tampoco en simplificárnoslas, algo que experimentamos claramente desde las primeras páginas. Como Juan Goytisolo, tal vez, lo que ella quiera es invitarnos a ampliar horizontes y que después regresemos a releer su obra; aunque él deseaba que sus lectores dudáramos, mientras Camila parece invitarnos a reconocernos a nosotros mismos. Los dos útiles que aquí les he brindado les ayudarán a asimilar este libro. Recuerde deslindar esos conceptos de los demás componentes místicos de origen hindú y budista con los que se trata de explicar la vida de la protagonista. Sí, la autora recurre a variados elementos interpretativos. No es una biografía simple ni obvia.

La autora decidió experimentar con la puntuación eliminando todo guión largo que indique diálogo y mezclando en un párrafo no solo las voces de sus personajes sino la de su narradora. ¿Un acierto? No, no lo creo. Le pregunté a Camila si con esto buscaba mostrar su creatividad, darle fluidez a la lectura o sumarse a los escritores que intentan cambiar el estilo de redacción. Respondió que perseguía los dos últimos objetivos, además de enfrentarse a un desafío. Mi apreciación personal es que, ciertamente, a veces logra que la narración fluya, pero en muchas ocasiones produce el efecto contrario. Por otro lado, la evolución de la escritura se inició sin signos de puntuación y los fue creando después para organizar mejor el discurso.

Mis últimos comentarios serán para felicitar a la autora por renovar la presencia de una voz femenina en la literatura con lo que ello conlleva (mostrar la sexualidad de una mujer, sus percepciones acerca de las relaciones  con hombres u otras mujeres, sus anhelos, sus necesidades), por ser capaz de sintetizar en los momentos más oportunos, por presentar en un solo libro narración, poesía, lenguaje antiguo y moderno, y por su capacidad de mezclar un lenguaje sencillo y natural en medio de su esmero por elevar las letras a un nivel culto y profundo.

Note, finalmente, que el título del libro es metafórico, refiriéndose a nuestra cotidianeidad (los conventos), a nuestras limitaciones para ser nosotros mismos (las cárceles) y a nuestra capacidad para descubrir nuestro verdadero ser (los castillos). Si es esto último es lo que busca en su vida actual, aquí tiene un libro que podría inspirarle.

Para más información, consulte http://www.camilareimers.com

De conventos, cárceles y castillos – Camila Reimers

Portyada 6

DE CONVENTOS, CÁRCELES Y CASTILLOS 

Camila Reimers. Lugar Común Editorial, 2014 

Camila Reimers escritora canadiense nacida en Chile, es autora de tres novelas: Hijos de lava (2005), Tres lotos en un mar de fuego (2007) y De conventos, cárceles y castillos. Ha escrito numerosos cuentos en español e inglés, destacando las colecciones Cuentos de autoamor y de autopistas (2009) y Chakra Number Eight: Tales of Humour and Soul (2010) en inglés. Locutora de radio CHIN Ottawa 97.9 FM a cargo del programa infantil que en 2013 ganó el premio Canadian Ethnic Media Association al mejor programa radial étnico en Canadá. En 2014 uno de sus cuentos fue seleccionado para un proyecto auspiciado por la UNESCO entre los seis mejores cuentos infantiles recibidos a través de cuatro años para el concurso Rainbow Caterpillar Kid Lit Award.

Con esta novela comienza a perfilarse el estilo y las preferencias temáticas de Camila Reimers como novelista. Ya en su primera obra, Hijos de Lava, nos mostró su interés por ahondar en la búsqueda interna de nuestro verdadero ser. Para ello nos contó la vida de una persona paralizada por ataduras de las que quería liberarse, lo que implicaba enfrentar sus miedos, sus culpas, su silencio y su soledad. Esa mirada espiritual estaba apoyada en hechos de la vida real pero también en símbolos, además de estar  rodeada de fenómenos imposibles y del empeño de presentarlo todo como una unidad.

En Tres Lotos en un mar de fuego el tema es diferente: la crudeza de una extrema violencia sufrida por tres mujeres, pese a lo cual resalta la espiritualidad a través de la comunicación entre ellas tres. Esto a pesar de que estas mujeres viven en lugares y épocas diferentes (otra vez lo imposible se convierte en realidad, como queriendo demostrar que sí es posible).

De conventos, cárceles y castillos presenta la biografía de una mujer que busca comprenderse a sí misma y que habla con Teresa de Ávila, una monja que vivió en España en el siglo XVI y a quien la autora admira.  Se repite entonces la fascinación por la búsqueda interior del ser, la atracción por el diálogo entre mujeres que viven en lugares y épocas diferentes y el recurso de mezclar hechos reales con irreales, siempre en medio de una atmósfera espiritual.

El objetivo de esta obra, tal como lo menciona la autora en la introducción de su libro, es integrar a nuestra época las enseñanzas de Teresa de Ávila. Para ello recurrirá a su bagaje cultural ─un gran conocimiento sobre la vida y obra de la monja, su experiencia en la India y sus estudios y prácticas  budistas─ y a la utilización de metáforas y símbolos, muchas veces provenientes de la propia visión mística de la santa.  Para quienes tienen una formación e información similar no debe ser difícil entender la relación que Camila Reimers forja entre la vida de Sonsoles y el saber de la monja. Para los demás puede resultar una historia un poco enrevesada, lo cual no es necesariamente algo negativo, significa simplemente que no es una novela de entretenimiento sino el tipo de novela que he dado en llamar inteligente, es decir, aquella que nos hace pensar, analizar y nos invita a estudiar.

Después de leer este libro investigué algo sobre la vida y pensamiento de Teresa de Ávila en un intento por comprender mejor lo que Camila nos había narrado en él, y me encontré con dos herramientas teóricas fundamentales para facilitar la comprensión de este trabajo. Una es la metáfora entre la oración y el riego de un huerto. Para Teresa se puede regar de cuatro maneras: acarreando agua, con una máquina hidraúlica (noria), con canales o con la lluvia. Análogamente, el esfuerzo que requiere la oración va de mucho a poco (o a nada). En el proceso de desarrollo de la capacidad de orar se comprometen el silencio, la concentración, la memoria, la imaginación y la razón, hasta que todo esfuerzo cede, y rezar se convierte en un gozo que nos llena de virtudes. La segunda herramienta es el libro El castillo interior donde Teresa habla de su percepción del mundo espiritual del ser humano, semejándola a un castillo con siete moradas que se pueden ir conquistando progresivamente: 1) La primera morada es la etapa en que la persona decide entrar a su interior (abrir las puertas del castillo); 2) la resistencia a seguir ese camino; 3) la exploración; 4) el estado de calma y silencio; 5) el encuentro con Dios; 6) la entrega total y 7) la unión con Dios.

¿Y qué tiene esto que ver con el libro que aquí comentamos? Mucho. Camila Reimers titula Moradas a cada uno de los siete capítulos de su libro. La vida de Sonsoles pasa por cada una de esas moradas y, cuando menos lo esperamos, aparecen los sistemas de riego. Siendo la escritura de Camila enigmática, será muy lentamente que comprendamos qué viene de Teresa, qué de Sonsoles, qué le pertenece a la autora misma y cómo se relacionan todos esos contenidos. La autora no se esfuerza en complicarnos las cosas pero tampoco en simplificárnoslas, algo que experimentamos claramente desde las primeras páginas. Como Juan Goytisolo, tal vez, lo que ella quiera es invitarnos a ampliar horizontes y que después regresemos a releer su obra; aunque él deseaba que sus lectores dudáramos, mientras Camila parece invitarnos a reconocernos a nosotros mismos. Los dos útiles que aquí les he brindado les ayudarán a asimilar este libro. Recuerde deslindar esos conceptos de los demás componentes místicos de origen hindú y budista con los que se trata de explicar la vida de la protagonista. Sí, la autora recurre a variados elementos interpretativos. No es una biografía simple ni obvia.

La autora decidió experimentar con la puntuación eliminando todo guión largo que indique diálogo y mezclando en un párrafo no solo las voces de sus personajes sino la de su narradora. ¿Un acierto? No, no lo creo. Le pregunté a Camila si con esto buscaba mostrar su creatividad, darle fluidez a la lectura o sumarse a los escritores que intentan cambiar el estilo de redacción. Respondió que perseguía los dos últimos objetivos, además de enfrentarse a un desafío. Mi apreciación personal es que, ciertamente, a veces logra que la narración fluya, pero en muchas ocasiones produce el efecto contrario. Por otro lado, la evolución de la escritura se inició sin signos de puntuación y los fue creando después para organizar mejor el discurso. ¿Hacia dónde evolucionará?

Mis últimos comentarios serán para felicitar a la autora por renovar la presencia de una voz femenina en la literatura con lo que ello conlleva (mostrar la sexualidad de una mujer, sus percepciones acerca de las relaciones  con hombres u otras mujeres, sus anhelos, sus necesidades), por ser capaz de sintetizar en los momentos más oportunos, por presentar en un solo libro narración, poesía, lenguaje antiguo y moderno, y por su capacidad de mezclar un lenguaje sencillo y natural en medio de su esmero por elevar las letras a un nivel culto y profundo.

Note, finalmente, que el título del libro es metafórico, refiriéndose a nuestra cotidianeidad (los conventos), a nuestras limitaciones para ser nosotros mismos (las cárceles) y a nuestra capacidad para descubrir nuestro verdadero ser (los castillos). Si es esto último es lo que busca en su vida actual, aquí tiene un libro que podría inspirarle.

Para más información, consulte http://www.camilareimers.com/

Inés del alma mía – Isabel Allende

Inés del alma mía

         INÉS DEL ALMA MÍA  

Isabel Allende. Plaza & Janés Editores, 2006.

Una novela histórica  donde se recrea la vida de Inés Suárez y a través de ella se describe la llegada de los españoles al territorio chileno en el siglo XVI. Es una obra compacta que sigue la vida de Inés desde que viviera en España hasta el fin de sus días en Chile mostrando una visión española, femenina y personal de aquellos hechos históricos. La novela se basa  en hechos reales y relatos fidedignos, sin dejar por eso de ser subjetiva como lo es mucho conocimiento histórico.

Se reivindica así la presencia de Inés Suárez en la expedición de Pedro de Valdivia y en su lucha por la conquista de Chile, y con ello se reivindica el rol de la mujer en la época de la conquista española. Los mapuche aparecen como inciertos vencidos y hasta como una resistencia indestructible frente a los españoles, los yanaconas (nativos esclavos) como la fuerza sacrificada y desapercibida de esas batallas, y los españoles como audaces, valientes y aventajados guerreros, aunque a veces como hombres ambiciosos y despiadados.

La obra merece leerse por lo real, por lo imaginario y por la  liviana belleza de su prosa. No esperaba menos de Isabel Allende.

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Los vigilantes – Diamela Eltit

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       LOS VIGILANTES

Diamela Eltit. Editorial Sudamericana, 2001.

Diamela Eltit nació en 1949 en Santiago de Chile. Se graduó en Literatura en la Universidad de Chile e inició un postgrado en la Universidad Católica. Es autora de dieciséis libros. No escribe de manera tradicional sino que recurre a figuras alegóricaspara transmitir un mensaje reflexivo, y a veces subversivo. Ese lenguaje enrevesado parece explicarse por el lugar y el momento en los que ella comenzó a escribir: en Chile en la década de los 80, en plena época pinochetista, cuando era muy difícil para los escritores expresar críticas al sistema de manera abierta. Eltit ha sido candidata al Premio Nacional de Literatura de Chile. Su novela Los vigilantes recibió el Premio José Martín Nuez 1995.

Los vigilantes es una novela corta, totalmente alegórica. La obra está cifrada de tal manera que terminé de leerla sin entender exactamente qué es lo que la autora quería transmitirnos. Si usted desea descifrarla aquí le presento los elementos que nos provee el libro.

El primer personaje que aparece es un hijo que no habla, babea copiosamente, desprende risotadas estrepitosas e inesperadas, se golpea contra las paredes, utiliza un lenguaje a veces  desconcertante («BAAAM, BAAM», «TON TON TONto», etc.) y ejecuta juegos corporales extraños, a veces a gran velocidad al punto que pareciera desaparecer o desintegrarse. Sin embargo, piensa y parece tener un juego inteligente con sus vasijas, es consciente de lo que hace su madre, y de los efectos que su comportamiento produce en ella y, anote usted, les captael pensamiento a ambos padres.

El segundo personaje –que parece ser el personaje principal- es una mujer, su madre, la cual se dedica a escribir cartas al padre en una comunicación que aparece como bilateral aunque nunca se lee ni una palabra de las cartas que supuestamente él le envía, el lector solo es testigo de las que ella contesta. Estas misivas  están escritas defensivamente, respondiendo a las acusaciones que él le presenta, a los reproches que le hace sobre su comportamiento, a las exigencias de que cambie su conducta y a las amenazas a las que la somete permanentemente para que se ajuste a sus creencias. El clima en que se desarrolla la mayor parte de la novela es muy opresivo, fundamentalmente un invierno despiadado con extrema carencia de alimentos. Ella siente que él la vigila. Y no es el único personaje que lo hace.

Paralelamente recibe frecuentes visitas de la madre de este hombre, una mujer a la que nunca llama suegra (como nunca llama hijo al niño sino que se refiere a él como tu hijo en sus cartas). La razón de esas visitas es la supervisión de su forma de vida (que cómo viste al niño, que qué comen, que si el niño está pálido, que si la casa está muy obscura, que cuáles son sus modales para comer, etc.) de modo que se siente doblemente vigilada. Merodearán también los vecinos en constante vigilancia (que si hay objetos que han desaparecido de su casa, que quién entra a su casa, que cómo consigue sus alimentos, etc.). Estos vecinos confabularán con el marido e intervendrán en la vida de esta mujer cuando lo crean necesario para pedirle cuentas de su comportamiento subverviso. Lo subversivo viene de no atenerse a todas las reglas impuestas por esa sociedad; como cuando, por ejemplo, recibe en su casa a los llamados desamparados, habitantes callejeros moribundos para evitarles la muerte. La mujer se siente asediada.

El acoso que sufre es doloroso, ella da explicaciones todo el tiempo, pide que le alivien esa persecución, hace concesiones para verse aligerada de ese control, ruega que no la lleven a juicio, etc. El círculo se su libertad se cierra cada vez más, hasta que se le abre un juicio del que no podrá escapar sin condena, proceso al cual ella decide finalmente colaborar.

Mientras tanto, en el hogar donde madre e hijo se encuentran confinados, ella se va acercando progresivamente al niño y comienza a entender su juego y su lenguaje. El libro termina cuando ambos  huyen de la ciudad y en esa huida ella se va transformando, convirtiéndose un poco en lo que es el hijo, babea, ríe estrepitosamente, etc. pero finalmente encuentran las hogueras que buscaban para salvarse.

Interprete usted.

He tenido que recurrir a lecturas complementarias y a comentarios de la propia autora para descifrar los enigmas contenidos en este libro, y he podido concluir lo siguiente.  La mujer representa a la América Latina marginal, subyugada, impregnada de una cultura tradicional pero presionada a vivir dentro de los cánones de la cultura occidental moderna.

El hombre representa el poder y las normas occidentales que ejercen una presión despiadada contra quienes sienten y quieren vivir la vida de una manera diferente. Lo despiadado de esa actitud consiste no solo en un ataque incansable por todos los frentes posibles sino también en que no toma en consideración el dolor o las limitaciones de los desfavorecidos o desamparados en Latinoamérica. Esos frentes están constituidos por la figura patriarcal pero también por la familia, las leyes, las cárceles, las instituciones legislativas y educativas así como el mismo Estado. Un sistema que por un lado u otro logra la sujeción de los marginados.

El hijo representa la resistencia, la subversión y la promesa de una alternativa. Ni su cuerpo ni su mundo intelectual o psicológico son normales. Su apariencia es diferente, su lenguaje es a primera vista indescifrable pero no está enfermo ni loco, tan solo ha encontrado una manera de escaparse del control; algo que su madre no ha logrado hacer. Ella se defiende, se explica y ruega que la entiendan, pero el niño sabe que al usar el mismo lenguaje y respetar las mismas instituciones de su dominador ha caído en su juego y no podrá jamás escapar de su domino. Por eso al hijo le molesta verla escribir dándole la espalda y se ríe de lo que ella hace, por eso ríe también cuando ella es incapaz de descifrar el lenguaje de sus vasijas. Sabe que está enajenada. No importa el argumento o el recurso al que ella recurra, tarde o temprano será derrotada.La baba que desprende este niño tiene vida (corre, por ejemplo); es decir, la identidad de este ser no se ajusta a ninguna identidad conocida. Esa característica demuestra que ni su cuerpo está regulado de acuerdo a normas típicas.

A medida que la novela avanza, sucede que el nivel de comunicación entre madre e hijo mejora y la mujer parece tomar conciencia de su propia situación.  La madre descifra poco a poco el lenguaje de las vasijas hasta que decide dejar de escribir, dejar de usar el lenguaje que ahora percibe como dominante. Al final, madre e hijo  escapan de la casa, a pesar de todos los riesgos que ello supone. Se esfuerzan en alejarse del cerco de vigilancia y en llegar a las hogueras. En ese camino ella va convirtiéndose en un ser que ríe, babea y se arrastra como su hijo, que es la manera como se muestra que ella conquista su identidad y su libertad.

Si yo hubiera leído una interpretación como ésta antes de iniciar la lectura de esta novela, me hubiera servido de guía para entenderla,  probablemente la hubiera apreciado mejor y quizá hasta la hubiera disfrutado. Al no tenerla, pasé todas sus hojas tratando de especular, adivinar, comprender qué nos quería decir Diamela Eltit. La experiencia fue sin duda más un sufrimiento que un placer. Este es un libro profundamente enigmático, llega a trasmitir los sentimientos que sus alegorías pretenden despertar en el lector, pero sin esclarecer su mensaje. Con la reseña que aquí comparto usted tiene el lenguaje con el que al parecer podría decodificar la obra. Contando con esta herramienta, hasta yo misma me animaría a volver a leerlo.

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Un viejo que leía novelas de amor – Luis Sepúlveda

Un viejo que leía novelas de amor

UN VIEJO QUE LEÍA NOVELAS DE AMOR

Luis Sepúlveda. Tusquets Editores, S.A., 1993.

Luis Sepúlveda, escritor, periodista y cineasta chileno nacido en 1949. Encarcelado en dos ocasiones por el régimen de Pinochet, fue finalmente liberado por las presiones de Amnistía Internacional. Producto de su exilio ha vivido en Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Holanda y Alemania. Actualmente reside en Gijón, España. Participó del movimiento ecologista llegando a trabajar para Greenpeace. Su  interés por el medioambiente se ve reflejado también en su literatura.El libro del que nos ocupamos en este artículo fue su primera novela, producto de una convivencia de siete meses con los shuar gracias a un proyecto subvencionado por la UNESCO. Esta obra recibió el premio Tigre Juan 1988 y ha sido traducida a treinta y tres idiomas.

Los shuar son un pueblo amazónico que habita la selva ecuatoriana y peruana, y que cuenta con unos  ochenta mil habitantes. El Idilio, en cambio,  es un pueblo imaginario asentado en la cuenca del río Nangaritza en la provincia de Zamora (Ecuador) ─una de las zonas con más biodiversidad en nuestro planeta─y es el lugar donde se desarrolla la historia de esta novela. Ambos elementos ─los shuar y El Idilio─ son muestra de lo que nos depara esta novela ya que mucho de lo escrito en este libro se sustenta tanto en la imaginación como en el conocimiento y la experiencia de vida del autor. En efecto, Luis Sepúlveda convivió con los indígenas shuar del Ecuador en 1978, allíconoció a Miguel Tzenke, dirigente indígena shuar,a quien le dedica la novela en agradecimiento a sus enseñanzas. Esta obra trasmite la fuerza de esta realidad, lo cual constituye sin duda su aporte más valioso.

Un día los shuar llevan el cadáver de un hombre rubio de unos cuarenta años ante el alcalde de El Idilio, este interpreta que los mismos shuar lo han asesinado y pretende detenerlos por ello. Antonio JoséBolívar, un lugareño de más de sesenta años, a quien el autor se refiere como «un  viejo» en el título de la obra,  interviene explicando con sabiduría la verdadera causa de la muerte, exculpando así a los shuar. Esta sapienciaproviene de su larga convivencia con los shuar, gracias a la cual aprendió los secretos de la vida en la selva.

Los personajes centrales de la obra están resumidos en el párrafo anterior y representan a los indígenas shuar, a la autoridad de los colonos (el alcalde), a las figuras híbridas (colonos identificados con los shuar) y a los extranjeros(cazadoresy buscadores de oro).Estos personajes muestran diferentes formas de actuar y pensar que responden  a sus respectivos conocimientos, prejuicios o intereses; en consecuencia, su actitud hacia la selva así como su entendimiento de esta difiere tantoque bien podríamos hablar incluso de polaridades: la barbarie o el salvajismo frente a la civilización. Lo curioso de esta última afirmación es que mientras para los personajes «civilizados» (alcalde y visitantes) los salvajes son los shuar,  para el autor es lo contrario. Y así se encarga de transmitírnoslo. Lo hace a través de los actos o comentarios de sus personajes, donde con frecuencia se demuestra que quienes conocen la selva, la cuidan y la respetan son los shuar, mientras que los demás no solo ignoran casi todo de ella sino que atentan contra la naturaleza de su hábitat, su gente, sus animales, etc.

Hacia el final de la historia el señor Bolívar necesitará enfrentar a la hembra de un tigrilloenloquecida de dolor por la muerte de sus cachorros  y la herida mortal de su macho,secuelasde la  intervención de un cazador sin escrúpulos. Este duelo mortal conformará un episodio magistral en esta obra. En ese encuentro, hombre y bestia se comunican en un mismo nivel. Selva, animal y ser humano se perciben en armonía a pesar del inevitable combate. Y esto por oposición al ultraje de las personas foráneasque enfrentanla selva,la atacan y la destruyen innecesariamente, sin analizar o evaluar las consecuencias de su intromisión.

¿Y a qué viene el título de la novela? Difícil de precisar, pero a juzgar por el final de la obra, lo que quiere decir es queel viejose refugia en la lectura para no confrontar la triste realidad de ver el mundo de la selva ─que es el suyo propio─ maltratado y destruido. Además, curiosamente, la reacción de la hembra del tigrillo herido proviene del amor, y su penúltimo acto demuestra la grandeza de ese sentimiento. Aprecio esa escena como si fuera la más notablehistoria de amor que “lee” el viejo.  Él  anticipa su importancia y su resultado le causará pesar. Podríamos verla como una metáfora de los sentimientos que la selva despierta en él, y el dolor que le causa su destrucción.

Es una novela tan corta que parece un cuento largo en el cual el manejo de la atmósfera selvática es soberbio. En ese  ambiente amazónico, aunque la mayoría de los personajes no son shuar, serespirael sentir indígena. Y ese es el tributo de este libro: hacernos identificarnos con los indígenas, impresionarnos con la ignorante invasión de la «civilización», inducirnos a amar la selva, provocarnos el deseo de conocerla más, inquietarnos al punto de desear saber qué hacer para protegerla. La obra sintetiza sus mensajes con tal intensidad que podemos aventurar que si la lee,  no la olvidará.

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Apuntes sobre la Amazonía

–    La Amazonía es la selva tropical más extensa del mundo y abarca nueve países: Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Surinam, la Guyana y la Guayana Francesa.

–    Ha sido denominada como una de las siete maravillas naturales del mundo.

–    La Amazonía brasileña posee alrededor de un 63% del total de la Amazonía.

–    La Amazonía peruana es una de las regiones de mayor riqueza biológica del mundo porque posee diferentes pisos altitudinales debido a su unión con la Cordillera de los Andes.

–    En una hectárea de selva colombiana se cuenta una cifra de especies arbóreas semejante a la que puede haber en todos los bosques templados de Norteamérica.

–    La deforestación en la Amazonía destruyó un área casi tan grande como el Reino Unido entre 2000 y 2010.

–    Los principales culpables de la deforestación son la tala ilegal, la construcción de carreteras, las industrias minera, agrícola y ganadera, la construcción de presas hidroeléctricas y la perforación y exploración de yacimientos de petróleo y gas.

–    Cerca del 80% de las áreas en uso legal de la Amazonía brasileña son utilizadas actualmente para la cría de ganado vacuno. Los desmontes con fines especulativos y para crear tierras de pastoreo para ganado son la principal causa de deterioro y deforestación.

–    Las actuales medidas para la conservación del bosque lluvioso amazónico son:

  • Rehabilitación e incremento de la productividad de tierras deforestadas
  • Expansión de las áreas protegidas
  • Desarrollo basado en los conceptos del uso sostenible en algunos de los bosques existentes
  • Reforma a las políticas de tenencia de la tierra
  • Cumplimiento de la ley

Estrella distante – Roberto Bolaño

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           ESTRELLA DISTANTE

Roberto Bolaño. Editorial Anagrama, 2000.

Roberto Bolaño, poeta y escritor chileno, nació en Santiago de Chile en 1953  y falleció en Barcelona a la edad de cicnuenta años. Fundó, junto con Roberto Matta, el movimiento poético infrarrealista en México proponiendo la destrucción de todas las reglas que constriñen y retrasan el desarrollo del ser humano y de sus manifestaciones. Escribió Estrella distante en el año 1996.

Estrella distante es un libro extremadamente valioso por tres razones: su temática, sus mensajes y su estilo. Trata de la presencia, huida y persecución de Carlos Wieder, poeta, militar, asesino y torturador chileno, colaborador del golpe militar de Pinochet; aunque por momentos parece tratar sobre las opciones de la poesía. Extraño.

La novela resalta las repercusiones que dicho régimen traumático tuvo en la vida de muchos individuos –jóvenes poetas en la mayoría de los casos tratados en la obra─ subrayando que la reconstrucción de estos hechos reposa en la memoria y en la subjetividad de quienes lo narran. Consecuentemente abre la puerta de las versiones –y consecuentemente de las opiniones y el diálogo─ no solo de izquierda y derecha sino de las que se tejen al interior de cada uno de estos grupos. Si bien está escrita desde una perspectiva de la oposición, cuestiona permanentemente la veracidad de su conocimiento sobre los hechos. Esto es parte del valor de la obra: hace una propuesta de reflexión, señala la necesidad de elaborar una forma de discurso que pueda permitir el acercamiento a ese pasado que en el fondo une a todos los chilenos.

El autor no dice nada de esto explícitamente, deja al lector que lo descubra o que lo sienta. Roberto Bolaño es además un maestro del suspenso. En su novela domina un enfoque policial, por medio del cual lleva al lector a hacerse constantes preguntas, a plantearse hipótesis sobre lo que puede estar pasando o lo que sucederá. Uno no solamente lee esta novela sino que se inserta dentro de ella, participa en su escritura. Es otra de las cualidades de este trabajo, el escritor a través de su narrador no resuelve los hechos claramente, no caricaturiza la realidad. Ni siquiera deja ver si lo que narra es ficción o realidad. Dice y explica las cosas a medias, las desdice, las deja suspendidas. Quizá el lector no sea consciente de lo que le está pasando pero es un libro que remueve emociones y puntos de vista. Eso es lo que busca el autor: que el lector coparticipe en esta reconstrucción. Lo que hace Bolaño en esta obra es más que arte, es un arte que responde a un compromiso.

El camino que sigue el protagonista no es tradicional, no es ni el de un poeta típico ni el de un militar típico (la combinación de ambas profesiones ya es atípica de por sí). Creo que Bolaño humaniza así a un hombre que bien podríamos acusar de psicópata y que, sin duda, representa el lado que apoya a la dictadura militar. Incluso hacia el final de la obra el narrador, poeta de vanguardia,  llega a identificarse con él. Bolaño tiende puentes. De paso nos presenta su acercamiento a una poesía transgresora, una poesía que puede escribirse en el cielo, que puede identificar la muerte con valores morales, que puede vomitar sobre los libros en busca de acercamiento al verdadero ser del poeta. Habla el fundador del infrarrealismo.

Como si toda esta inteligencia fuera poca, encontraremos que Bolaño habla con frescura, con naturalidad y a veces  hasta con buen humor.Lástima que Bolaños no viviera más. Hubiera aportado riesgo a la literatura e instrumentos a esta necesidad de Chile de no negar su historia ni echarla al olvido. Distante, fuera de su patria, entregaba lo mejor de él a esa estrella que es Chile, y con ello entregaba a todo pueblo necesitado de reconciliarse con su historia, una herramienta de pensamiento, de análisis y de acercamiento. Felizmente no queda su casi una veintena de libros de poemas, cuentos y novelas, incluyendo su obras póstumas.

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