Sin remedio – Antonio Caballero

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                SIN REMEDIO

Antonio Caballero. Alfaguara, 2004.

Antonio Caballero Holguín, bogotano, nacido en 1945 en el seno de una familia adinerada y prestigiosa, fue educado en España, Colombia y Francia. Es escritor, periodista y caricaturista, trabajó en los periódicos El Tiempo, El Espectador y las revistas Alternativa y Semana (Colombia), Cambio 16 (Madrid), la BBC y The Economist (Londres). Es considerado como uno de los críticos políticos colombianos más agudos. Sus caricaturas políticas le merecieron el premio Simón Bolívar en 1994. Incursionó en la novela en 1984 con la obra Sin remedio de la que nos ocupamos en este artículo. 

Si usted es capaz de sobrevivir a la primera parte de este libro donde se encontrará con un personaje  deprimente e indeseable(abúlico, vividor, pusilánime, apático,cobarde, insensible, cínico, zángano, mediocre, algo escatológico, con una sexualidad superficial y fácil de exacerbar, además de  consumidor de marihuana y cocaína) no se arrepentirá de haber continuado leyéndolo.

Ignacio Escobar, que así se llama el susodicho, acaba de cumplir treinta y un años, se mantiene con el dinero que le da su madre cada que él se lo pide, y se recuesta en la mujer con la que vive, cuya presencia le ofrece un cierto orden en su vida. Pasa la mayor parte de sus días tirado en la cama, donde se confronta a la infelicidad de no hacer nada y, lo peor, de no querer nada. La mujer lo abandona. Su rutina se altera pero su vida continúa siendo desdichada. Cuando se ve obligado a salir, deambula. Incapaz de dirigir su destino y con dificultades para negarse a hacer lo que no desea, suele dejarse llevar por lo primero que se le presenta, y es así como le suceden cosas…

La novela tiene un eje y múltiples contenidos. El eje está constituido por las reflexiones filosóficas de Escobar ─simplistas pero profundas─ que nos acompañan a través de toda la novela. Son de corte existencialista (sobre el sentido o el absurdo de la condición humana, la constatación de que las actividades de la vida se repiten por inercia o por costumbre pero que a fin de cuentas son inútiles) y nihilista (Escobar es incapaz de encontrar o darle un sentido a su vida, se resiste a dejarse guiar por alguna ideología para no enajenar su capacidad de reflexión, no reconoce ninguna autoridad, tampoco tiene una fe salvo que creer en la nada sea una, siente que todo está muerto en él, y tal vez desea desaparecer de la vida).

Entre los temas está el retrato de la sociedad colombiana en la década de los setenta (las clases sociales, la izquierda marxista, los militares), la ciudad de Bogotá y el desamor. La imagencolombiana es presentada mordazmente. A leer. La ciudad juega dos roles en la novela: insertar al lector en la realidad y servir de marco a la inanición de su protagonista, para lo cual se da una visión de una Bogotá depresiva en la cual llueve y acecha el peligro todo el año, además de estar llena de basura, de olores pestilentes, de bares de mala muerte, etc. En cuanto a las mujeres, vemos a un Escobar que las desea con mucha ligereza, sin necesidad de desarrollar vínculos de amor o de intimidad para tener relaciones sexuales se desprende de ellas con la misma facilidad. Dichos encuentros son descritos sin remilgos pero normalmente son frustrados, lo cual agrega a su vida más pinceladas de fracaso, vacío y desesperanza.

He preferido nombrar la creación poética fuera del listado que acabo de presentar porque la poesía  se erige no solo como tema sino que también pretende ser eje. Según Caballero, el verdadero objetivo de este libro era hablar de lo difícil que es escribir poesía y dar a conocer una de sus creaciones: el largo poema que publica hacia el final del libro. De acuerdo al autor ese poema es lo más bello de este libroa pesarque la mayoría de lectores se lo salta. Ciertamente, la poesía se pasea por todos los capítulos de esta obra; en ese sentido parece ser eje en la obra. Pienso, sin embargo, que cuando Caballero escribía este libro su yo y sus intenciones fueron tomados por su inconsciente, y afloraron móviles más fuertes. Es así como la poesía se convirtió en tema, y para desdicha del autor, en tema secundario. Lo que nos ofrece como poesía no es bello (los únicos versos buenos pertenecen al Cantar de los Cantares); no obstante, es muy interesante el testimonio que da sobre el proceso de creación.

¿Y qué podríamos decir de la calidad literaria del libro? Es oscilante. El autor escribe bien pero se equivoca, logra mucho y fracasa en mucho también. Logra en su intento de abarcarlo todo pero no en la armoniosa unión de ese todo, logra en la caracterización de ciertos personajes ─el protagonista, el general Buendía, las empleadas domésticas, etc.─y en lo que pretende que representen, logra capturar la esencia de una ciudad en imágenes cortas e impactantes, logra narrar ciertas historias de una manera ágil y muy emocionante, y logra una tremenda agudeza en los comentarios de su protagonista. Sin embargo, su narrativa en general es lenta y repetitiva (excepto que esto haya sido hecho intencionalmente); muchos de sus personajes o hechos carecen de credibilidad (lo cual podría  ser algo positivo si se confirmara que su propósito era hacer una sátira de estos, algo muy probable  viniendo de un  caricaturista; por ejemplo, no parecen reales las reuniones de los trotskistas, tampoco la Hena que comparte su cuarto ni la de la carta ─que no responde a su educación, aunque qué bella esta última Hena). Fracasa en describir a los personajes dejando ese trabajo más bien a la imaginación del  lector. Pierde cuando intenta hacer poesía sin ser poeta, y sobre todo pierde hacia el final de la obra cuando después que esta se le ha extendido varios cientos de páginas y le ha tomado doce años de trabajo, parece haberlo cansado y se precipita en acabarla permitiendo que se imponga la falta de lógica en varios  detalles, dejando cabos sin atar y un cierto sabor a inconsistencia.

Todas estas críticas podrían quedar de lado si se considera que este libro tiene el estilo de la literatura posmoderna europea, que trata justamente de ser fragmentaria, priva a sus personajes de una psicología profunda y escudriña en la identidad y la muerte. Lo que también es cierto, aunque parezca paradójico, es que esta obra entra en la categoría de la denominada novela total, que ambiciona tratar la realidad en la mayor parte de sus manifestaciones posibles. De ahí que despierte tanto interés. Unos la seguirán por sus preocupaciones metafísicas, otros por sus momentos eróticos, otros por su creación poética, otros por su crítica a la aristocracia o la ridiculización de los grupúsculos marxistas de la época al punto de confundirlas con el objetivo de la obra, etc. Cada lector atrapará el libro por donde más lo necesite.Léalo, encontrará de dónde asirse.

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Un viejo que leía novelas de amor – Luis Sepúlveda

Un viejo que leía novelas de amor

UN VIEJO QUE LEÍA NOVELAS DE AMOR

Luis Sepúlveda. Tusquets Editores, S.A., 1993.

Luis Sepúlveda, escritor, periodista y cineasta chileno nacido en 1949. Encarcelado en dos ocasiones por el régimen de Pinochet, fue finalmente liberado por las presiones de Amnistía Internacional. Producto de su exilio ha vivido en Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Holanda y Alemania. Actualmente reside en Gijón, España. Participó del movimiento ecologista llegando a trabajar para Greenpeace. Su  interés por el medioambiente se ve reflejado también en su literatura.El libro del que nos ocupamos en este artículo fue su primera novela, producto de una convivencia de siete meses con los shuar gracias a un proyecto subvencionado por la UNESCO. Esta obra recibió el premio Tigre Juan 1988 y ha sido traducida a treinta y tres idiomas.

Los shuar son un pueblo amazónico que habita la selva ecuatoriana y peruana, y que cuenta con unos  ochenta mil habitantes. El Idilio, en cambio,  es un pueblo imaginario asentado en la cuenca del río Nangaritza en la provincia de Zamora (Ecuador) ─una de las zonas con más biodiversidad en nuestro planeta─y es el lugar donde se desarrolla la historia de esta novela. Ambos elementos ─los shuar y El Idilio─ son muestra de lo que nos depara esta novela ya que mucho de lo escrito en este libro se sustenta tanto en la imaginación como en el conocimiento y la experiencia de vida del autor. En efecto, Luis Sepúlveda convivió con los indígenas shuar del Ecuador en 1978, allíconoció a Miguel Tzenke, dirigente indígena shuar,a quien le dedica la novela en agradecimiento a sus enseñanzas. Esta obra trasmite la fuerza de esta realidad, lo cual constituye sin duda su aporte más valioso.

Un día los shuar llevan el cadáver de un hombre rubio de unos cuarenta años ante el alcalde de El Idilio, este interpreta que los mismos shuar lo han asesinado y pretende detenerlos por ello. Antonio JoséBolívar, un lugareño de más de sesenta años, a quien el autor se refiere como «un  viejo» en el título de la obra,  interviene explicando con sabiduría la verdadera causa de la muerte, exculpando así a los shuar. Esta sapienciaproviene de su larga convivencia con los shuar, gracias a la cual aprendió los secretos de la vida en la selva.

Los personajes centrales de la obra están resumidos en el párrafo anterior y representan a los indígenas shuar, a la autoridad de los colonos (el alcalde), a las figuras híbridas (colonos identificados con los shuar) y a los extranjeros(cazadoresy buscadores de oro).Estos personajes muestran diferentes formas de actuar y pensar que responden  a sus respectivos conocimientos, prejuicios o intereses; en consecuencia, su actitud hacia la selva así como su entendimiento de esta difiere tantoque bien podríamos hablar incluso de polaridades: la barbarie o el salvajismo frente a la civilización. Lo curioso de esta última afirmación es que mientras para los personajes «civilizados» (alcalde y visitantes) los salvajes son los shuar,  para el autor es lo contrario. Y así se encarga de transmitírnoslo. Lo hace a través de los actos o comentarios de sus personajes, donde con frecuencia se demuestra que quienes conocen la selva, la cuidan y la respetan son los shuar, mientras que los demás no solo ignoran casi todo de ella sino que atentan contra la naturaleza de su hábitat, su gente, sus animales, etc.

Hacia el final de la historia el señor Bolívar necesitará enfrentar a la hembra de un tigrilloenloquecida de dolor por la muerte de sus cachorros  y la herida mortal de su macho,secuelasde la  intervención de un cazador sin escrúpulos. Este duelo mortal conformará un episodio magistral en esta obra. En ese encuentro, hombre y bestia se comunican en un mismo nivel. Selva, animal y ser humano se perciben en armonía a pesar del inevitable combate. Y esto por oposición al ultraje de las personas foráneasque enfrentanla selva,la atacan y la destruyen innecesariamente, sin analizar o evaluar las consecuencias de su intromisión.

¿Y a qué viene el título de la novela? Difícil de precisar, pero a juzgar por el final de la obra, lo que quiere decir es queel viejose refugia en la lectura para no confrontar la triste realidad de ver el mundo de la selva ─que es el suyo propio─ maltratado y destruido. Además, curiosamente, la reacción de la hembra del tigrillo herido proviene del amor, y su penúltimo acto demuestra la grandeza de ese sentimiento. Aprecio esa escena como si fuera la más notablehistoria de amor que “lee” el viejo.  Él  anticipa su importancia y su resultado le causará pesar. Podríamos verla como una metáfora de los sentimientos que la selva despierta en él, y el dolor que le causa su destrucción.

Es una novela tan corta que parece un cuento largo en el cual el manejo de la atmósfera selvática es soberbio. En ese  ambiente amazónico, aunque la mayoría de los personajes no son shuar, serespirael sentir indígena. Y ese es el tributo de este libro: hacernos identificarnos con los indígenas, impresionarnos con la ignorante invasión de la «civilización», inducirnos a amar la selva, provocarnos el deseo de conocerla más, inquietarnos al punto de desear saber qué hacer para protegerla. La obra sintetiza sus mensajes con tal intensidad que podemos aventurar que si la lee,  no la olvidará.

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Apuntes sobre la Amazonía

–    La Amazonía es la selva tropical más extensa del mundo y abarca nueve países: Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Surinam, la Guyana y la Guayana Francesa.

–    Ha sido denominada como una de las siete maravillas naturales del mundo.

–    La Amazonía brasileña posee alrededor de un 63% del total de la Amazonía.

–    La Amazonía peruana es una de las regiones de mayor riqueza biológica del mundo porque posee diferentes pisos altitudinales debido a su unión con la Cordillera de los Andes.

–    En una hectárea de selva colombiana se cuenta una cifra de especies arbóreas semejante a la que puede haber en todos los bosques templados de Norteamérica.

–    La deforestación en la Amazonía destruyó un área casi tan grande como el Reino Unido entre 2000 y 2010.

–    Los principales culpables de la deforestación son la tala ilegal, la construcción de carreteras, las industrias minera, agrícola y ganadera, la construcción de presas hidroeléctricas y la perforación y exploración de yacimientos de petróleo y gas.

–    Cerca del 80% de las áreas en uso legal de la Amazonía brasileña son utilizadas actualmente para la cría de ganado vacuno. Los desmontes con fines especulativos y para crear tierras de pastoreo para ganado son la principal causa de deterioro y deforestación.

–    Las actuales medidas para la conservación del bosque lluvioso amazónico son:

  • Rehabilitación e incremento de la productividad de tierras deforestadas
  • Expansión de las áreas protegidas
  • Desarrollo basado en los conceptos del uso sostenible en algunos de los bosques existentes
  • Reforma a las políticas de tenencia de la tierra
  • Cumplimiento de la ley

La palabra – Pablo Urbanyi

Lapalabra

LA PALABRA

Pablo Urbanyi. Editorial Catálogos, 2013.

Pablo Urbanyi nació en Hungría en 1939, país del que emigró a los siete años de edad para radicar en Argentina. En 1977 se vio obligado a vivir en el exilio y así terminó instalándose en Canadá, Ottawa. Ha escrito trece libros en la lengua castellana, algunos traducidos al inglés, francés y al húngaro, entre los cuales se destaca Silver ya que fue finalista del Premio Planeta, Argentina.Obtuvo también el Premio Somos 2004, reconocimiento a la Expresión Literaria, Latin American Achievement Awards entre otras menciones de honor. La palabra es su última obra, presentada públicamente en octubre de 2013 en la UNAM.

Una novela valiente, tenebrosa e inteligente. El doctor Ricardo Ignacio Palmatieri ─protagonista de la obra─ se enfrenta con su probable muerte, episodio crítico de sus días en que hace una revisión honesta y descarnadade su vida.  Siendo la muerte un tema tabú en la sociedad occidental de donde se le expulsa de la vida cotidiana ocultándola e ignorándola, debemos otorgar a este escritor un primer reconocimiento por su atrevimiento a confrontarla. El valor del libro se ve duplicado cuando se sospecha que la aparente novela podría ser en parte la autobiografía del autor, y hasta una forma de decirnos adiós. Pablo Urbanyi es un hombre que piensa, que tiene el coraje de escribir sobre los hechos tal cual los ve y los evalúa, que es capaz de compartir sus debilidades, sus frustraciones y sus anhelos perdidos aunque para eso use al doctor Palmatieri y este a su alter ego el Hungarito para expresarse. Una joya de libro si consideramos ─como dice el protagonista─que las palabras nos permiten entrar en el interior de un ser, compartir su intimidad, esa profunda realidad que tan celosamente nos escondemos los seres humanos los unos a los otros. No es una obra para divertir, no es una obra que provee entusiasmo, alegría ni emociones vivificantes, a pesar de que el humor nos ayuda a transitarla. Es una obra para meditar, para reflexionar, para conectar al ser humano con el drama de su existencia, su soledad y su falsedad. Si de emociones se tratara, nos trasmite resquemor, pesadumbre, desconcierto y  perplejidad.Hay que estar preparados para leer una novela así.

El doctor Palmatieri es un célebre profesor nacido en Argentina, exiliado a raíz de ciertos acontecimientos políticos ocurridos en dicho país. Se refugia  inicialmente en Estados Unidos de donde pasa a residir en Ottawa, Canadá. Allí trabaja como chairman del Departamento de Español de la Universidad de Ottawa. Da la vuelta al mundo dando conferencias sobre lingüística, se le reconoce internacionalmente, y podría considerársele un hombre exitoso. Un día, sin embargo, decide volver a Buenos Aires, cansado de una vida que le parece falsa, ya que siente que anda corriendo detrás de un estatus sin saber si eso es lo que realmente desea para su vida. Una vez en Argentina no solo no obtiene el puesto de investigador que había aceptado con carta certificada sino que es internado en un sanatorio. Desde su cama de enfermo hace un balance de su vida.

Las reflexiones del doctor Palmatieri tienen mucho de sarcasmo, de autocrítica, de búsqueda. Se pregunta dónde están las cosas que perdió, si las tuvo alguna vez, quién es él, de qué le sirvieron tantas palabras. Siente un vacío que lo amenaza, no sabe si vivió, no sabe qué es la vida, no se ubica. Echando mano a la burla y al humor negro despliega una ácida crítica de la sociedad norteamericana en particular (su comida, o más bien su falta de culinaria, su creencia de que los grandes problemas de la vida personal se pueden resolver con cursillos semanales o películas cortas, su predisposición a explicarlo todo con estadísticas, su hipocrecía, su ignorancia, su intolerancia a la diferencia, la califica como un lugar cruel donde los seres humanos no se reconocen ni se escuchan ni saben si existen, donde reina la mentira y el miedo) y de la sociedad capitalista en general (que define a los seres humanos por su afán de comprar, su necesidad de ostentar, de acumular dinero aunque tengan que aplastar a los demás o humillarse para obtenerlo, es decir que los desaparece convirtiéndolos en clientes y consumidores, adorándose a sí mismos a través del dinero). Muy interesante. ¿Y sus bemoles? En más de una oportunidad se refiere a la homosexualidad innecesariamente, con el solo afán de insultar a quienes llama maricones. Reniega de las feministas  y no deja bien parada a ninguna mujer. ¡Qué triste imagen de nosotras señor Palmatieri! ¿Le tocó lidiar con la peor parte? ¿No estaba listo usted para la revolución femenina? ¿O realmente no ve usted mujer digna de su respeto? A pesar de todo usted anhelaba encontrar a una mujer, ¿verdad?, tal vez hecha a su medida pero esa esencia le faltaba, el amor de una mujer que lo renovara. Usted no puede esconder  el deseo varonil de la ternura. Hermoso.

Si este personaje es provocador, peor lo es el Hungarito. Este dice todo lo que ni el doctor Palmatieri se atreve a expresar. Difícil no ver en el doctor Pamatieri y en el Hungarito al alter ego de Pablo Urbanyi. ¿Dos alter ego?  Sí, uno que se parecería mucho a él y otro que llevaría al extremo todas sus osadías,  rechazos y temores.  O, como dije al comienzo, el Húngaro podría ser el alter ego del doctor Palmatieri, da lo mismo.

Hablemos ahora de la forma. Este libro está escrito con un lenguaje culto, un vocabulario exquisito y altamente apropiado, con pocas imprecisiones de orden gramatical. Técnicamente es interesante porque se desliza en los tiempos de una vida que ocurre en diferentes ambientes ─sin restringirse a la línea temporal que podría exigir esa historia─  cuando al fin y al cabo todo ocurre en el lecho de muerte y los recuerdos del protagonista. Este recorre esos espacios temporales y físicos, yendo y volviendo de ellos como lo dictan sus emociones, sus ansias, sus dudas, sus decepciones y sus dolores. Un enfoque realista. El único peligro de esta aproximación tan natural ─y a mi modo de ver es aquí donde radica la mayor debilidad de esta novela─es que no intenta codificar este proceso para que el público lector lo entienda con cierta facilidad. Esto se percibe desde el primer largo párrafo que escribe el autor ya que allí aparece media docena de personajes, además del protagonista, sin que quede claro dónde está este o por qué, se ubica en el presente al igual que en el pasado, en el mundo externo así como en el interno, hace preguntas incoherentes, etc. ¿Por qué hace esto Pablo Urbanyi? ¿Sacrifica lectores por autenticidad? ¿Le interesa más el monólogo que la comunicación? ¿La complejidad antes que la simplicidad? ¿Es su manera de retar al lector?

Les dejo dos informaciones adicionales que son importantes. La primera, en la novela hay dos personajes que supuestamente van a escribir la biografía del doctor Palmatieri: Enrique, un discípulo argentino, y el Hungarito, un colega y compatriota argentino. La segunda, el título del libro viene del hecho de que  el doctor Palmatieri ha coleccionado durante su vida una palabra en miles de idiomas y dialectos, incluyendo lenguas muertas, una palabra que siempre quiso gritar sin atreverse a hacerlo. Ya verá usted cómo este libro responde a ese afán si se anima a leerlo. ¿Se atreverá usted?

Pecados inmortales – Juan Roberto Salcedo

Pecados inmortales

       PECADOS INMORTALES

Juan Roberto Salcedo. Editorial Planeta Colombiana, 2012.

Juan Roberto Salcedo nació en Florencia, Colombia y reside actualmente en Ottawa donde ha vivido la mitad de su vida. Es médico especialista en medicina interna y cardiología. Se hizo acreedor de un premio con su relato «El pueblo embrujado» en un concurso patrocinado por el Consulado General de Colombia en Montreal por iniciativa de la cónsul Martha Lucía Piñeros de Camacho. Pecados inmortales es su primer libro.

Pecados inmortales es un libro que combina diferentes momentos y espacios concertando una altísima belleza poética, una intensa reflexión filosófica y teológica en búsqueda de respuestas, una íntima confesión de sentimientos personales y un despliegue de convicciones ajenas al status quo.  Técnicamente el libro es complicado porque  está fragmentado. Consta de un fabuloso cuento, un diario corto, una obra de teatro, un cuento cortísimo y una historia personal que pretende ser el hilo conductor, aunque me temo que se queda en el intento. Cada segmento tiene su estilo propio.

El cuento inicial desborda de estética e imaginación, y constituye la mejor parte del libro literariamente hablando. Si la novela tuviera que reducirse a esta primera cincuentena de páginas tendríamos que reconocer  en esas hojas un gran valor creativo y lírico, así como la utilización de un vocabulario exquisito empleado con toda precisión.  Esas páginas bastarían para confirmar el talento de Juan Roberto Salcedo como escritor. El autor no solo ama las palabras sino que ─parafraseando lo que dice hacia el final a propósito de un personaje que se le parece─ «juega con las palabras […] las recoge y combina sus ritmos, haciendo contrastes de colores, matizando la tenuidad de sus luces» (p. 264-265).

Salcedo sabe cómo hilar temas muy diferentes y llevarnos mágicamente a otros lugares a través de puentes invisibles contribuyendo así al interés de la lectura, pero si tuviera que enriquecer en algo ese primer capítulo moderaría la destemplanza con que transita de un tema a otro. Además preguntaría: ¿se puede decir que un texto se excede en arte?, ¿se puede decir que tanto encanto o atractivo pueden embriagar al lector impidiéndole proseguir fluidamente a través de las palabras ya que está constantemente invitado a ilustrase con la terminología, a descifrar metáforas, alegorías y toda suerte de figuras que invaden cada hoja del libro? Si así fuera puede que Juan Roberto Salcedo se haya excedido en hermosura. Cito como prueba unas líneas que se dejan ver  más tarde y que parecen poesía dentro de la novela:

«Gracias […] por dejarme oír el ruido de la Luna cuando sale y percibir la amalgama de colores que tiene la noche en sus soledades […] las huellas que el viento impregna sobre las rocas y por el zumbido de luz que derramas sobre las flores y, en especial, por los éxtasis ensordecedores de silencios» (p. 142-143)  

Para quienes se interesan en el tema de ese capítulo el protagonista es Alejandro Amaral cuyo padre, Santiago Amaral, acaba de morir. Este último al enamorarse de Virginia Hernández la persigue y le cuenta la increíble historia de su pueblo, un lugar que parece encantado porque allí se relataban incansablemente historias fantasiosas, exageradas, descabelladas, falsas o imposibles como recurso para vencer el aburrimiento. El pueblo parece embrujado. La narración también.

El diario corto que le sigue lo escribe una mujer que nunca se identifica y que, lejos de tener una  personalidad definida, se asemeja al  narrador omnisciente que hasta allí hemos conocido ya que utilizan las mismas cadencias al narrar. Después descubriremos que ella se parece más aún a Alejandro, no solo por estilo de hablar  sino por el análisis que hace de la vida a través de su interior y su pasado.

Los siguientes capítulos nos presentan al protagonista, Alejandro: su nacimiento, sus primeros años, sus abuelos, sus sentimientos, sus experiencias amorosas, su búsqueda interna, su deseo de morir, su internado en un monasterio, su experiencia universitaria. Una vez más el narrador y Alejandro parecen ser uno; hablan con belleza y hondura ciertamente, pero sin mucha diferenciación entre ellos. Mi impresión es que estamos frente a los alter ego del autor, hablan parecido porque en el fondo son él, como Alejandro mismo dice: escribir es «descubrir la intimidad de uno ante otros; por más que uno quiera ocultar los sentimientos estos salen a flote» (p. 188).

Luego llega la pieza teatral con una entrada algo forzada. Esto hace sospechar que el autor buscaba un pretexto para introducirla en el libro. ¿Habrá sido un escrito completado en el pasado y guardado en algún archivo hasta que aquí encontró la posibilidad de cobrar vida? El texto semeja a un auto sacramental y su contenido pareciera ocupar un inmenso espacio en el interés del protagonista a juzgar por el abismo al que se asoman sus reflexiones. No parece de esta época, ni creo que podría montarse exitosamente en un espectáculo debido a la complejidad de su temática; incluso por escrito cuesta mucho seguirla. ¿Su argumento? Daniel habla con Dios, interlocutor que nunca responde. Se trata entonces de un monólogo donde Daniel habla de su soledad, de sus tentaciones y busca anhelante comunicarse con un Dios cuya existencia llega a cuestionar. ¿No se parece Daniel a Alejandro? Temo que sea un tercer alter ego. En otra escena Daniel hará preguntas que serán contestadas por el Loco y el Mudo. El Loco será agresivo y hasta blasfemará; el Mudo será sabio y propondrá un cierto equilibrio. Citaré al autor y haré míos nuevamente extractos de un diálogo que Alejandro sostiene con Cristina ─la compañera con la que conversa sobre sus escritos─: «Este es un libro sin cabeza ni pies. No tiene un argumento conciso. Es un cúmulo de pensamientos disgregados.» (p. 157), «[lleno] de términos rebuscados y exageraciones en un diálogo extraño» «…tengo un lenguaje un tanto ampuloso… muchas veces me he intoxicado de belleza […] cuento cosas descabelladas, desatinos que no entiendo ni yo mismo […] mis oscuridades son intensas. […] Mi libro no es creíble» (p. 244-245). A lo que yo añadiría: no es inteligible, inteligente sí, pero tal vez demasiado inteligente. ¿De qué nos habla realmente?, ¿del conocimiento?, ¿de la fe?, ¿del silencio?, ¿de la sabiduría?, ¿del amor?, ¿del destino?, ¿de la felicidad?, ¿del vacío?, ¿del deseo de descubrir? Es difícil discernir cuál es el tema principal de los secundarios. Lo único que queda claro es que hay una búsqueda, pero no se puede precisar exactamente de qué. La contraportada del libro dice que este se inscribe en la literatura del autodescubrimiento pero juzgo  que va más allá. La prueba está en dicha dramaturgia dedicada más a Dios que al hombre, ubicada más cerca de la filosofía que de la psicología. Es, sin duda, el trozo más complicado de esta novela y el que probablemente alejará a los lectores que buscan solaz en la lectura. No es a eso a lo que nos invita el libro sino a pensar, a reflexionar sobre algunas de las grandes incógnitas de la vida.

Aunque el tema del pecado aparece como un tormento permanente, no puedo aventurar por qué el libro se titula Pecados inmortales ni mucho menos por qué la carátula nos muestra una mujer desnuda siendo el protagonista un hombre y sus cuitas más bien filosóficas y místicas. La combinación de ambos ─título y portada─ abre la posibilidad de que sea una decisión de mercadeo. No la más acertada para un libro tan trascendente.

Si va a leer este libro hágalo rodeado de silencio, con sosiego, con tiempo y con la mente lista para ausentarse  de este mundo. Para entenderlo, vuélvalo a leer intensificando  estas mismas condiciones.

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¿Quién mató a Palomino Molero? – Mario Vargas Llosa

Quién mató a Palomino Molero

¿QUIÉN MATÓ A PALOMINO MOLERO?

Mario Vargas Llosa. Seix Barral, 1986.

Mario Vargas Llosa, novelista, ensayista y dramaturgo, nacido en Perú el  28 de marzo de 1936. Ha recibido alrededor de un centenar de premios y distinciones. ¿Quién mató a Palomino Molero? fue publicado en 1986, y desde entonces  ha sido traducido a diecinueve idiomas.

¿Quién mató a Palomino Molero? es una obra inspirada en un hecho real acontecido en Perú allá por el año 1978, y que invitó a Vargas Llosa a trabajar en un género que no  le es propio: la novela negra o policiaca. ¿Pero qué categoría literaria le es propia a este autor? Veamos su evolución: sus primeras tres  novelas tocaron temas políticos y problemas sociales, enseguida ingresó al ámbito humorístico y al autobiográfico, después retomó la seriedad escribiendo una novela histórica para sorpresivamente tocar temas eróticos, y con posterioridad regresar a varios de los enfoques literarios ya mencionados.  Así visto no es posible entonces encasillar a Vargas Llosa en ningún género literario. Es más, tampoco podríamos decir que lo policiaco le es estrictamente nuevo ya que algunas de sus novelas cuentan con elementos de criminalística. La ciudad y los perros, por ejemplo, trata de la muerte de un cadete en  el colegio militar Leoncio Prado. En  Conversación en la Catedral  un periodista escudriña para entender un asesinato que involucra a su familia. Sin embargo, en ¿Quién mató a Palomino Molero? hay una particularidad: Vargas Llosa elabora más el aspecto de la investigación criminal lo que, a mi modo de ver, constituye el primer valor de esta obra.

Antes de elaborar más en otros aspectos de contenido o estilísticos, introduzcámonos en la temática de la novela. La trama consiste en la investigación del homicidio de un avionero que trabajaba en una base militar de la ciudad de Talara, en el norte de Perú. El cadáver encontrado da muestras de un asesinato brutal pero no ofrece ninguna pista acerca de quién podría haber cometido tan horrendo crimen. Dos investigadores, el teniente Silva y el guardia Lituma,miembros de las fuerzaspoliciales de Talara,se encargan de hacer las averiguaciones para resolver el misterio. En este intento descubren que el crimen está relacionado con miembros de la Base Aérea. Paralelamente se desarrolla un relato secundario que da cuenta del deseo del teniente Silva de poseer a una mujer casada, en sobrepeso y mayor que él ─ al punto que podría haber sido su madre. Esta mujer lo rechaza sistemáticamente hasta que esa historia alcanza su propio desenlace.

Vuelven a aparecer en esta novela tres de algunos de los temas recurrentes en la obra de Vargas Llosa: los militares, los prejuicios sociales y un prostíbulo. Los militares ocupan un lugar protagónico, los prejuicios constituyen la base de la historia, y el prostíbulo es anecdótico. El protagonismo de los militares, sin embargo,  es triste, como suele suceder en la obra vargallosiana. En este caso los militares se ven envueltos en un crimen sustentado en la discriminación  y acompañado de corrupción. No todos los uniformados pierden: la policía representa el lado de la justicia, la honestidad y el cuestionamiento de la marginalización. Es bueno recordar la existencia de estos prejuicios raciales en un país que, como Perú, no ha terminado de reconocer el grave problema de racismo que cubre todo su territorio.

Es decir, que la tal novela policial no lo es realmente; en el mejor de los casos se diría que esta obra es una novela híbrida que combina lo policial con la denuncia de severos problemas sociales. No ha faltado quien diga que si de eso se trataba, Vargas Llosa habría fracasado en todo porque no logra crear ni un buen ambiente policiaco ni presentar o examinar a fondo ningún problema social. Cierto.  No es una novela que elabora en ninguna de estas dos áreas sino que pasa a través de ellas con cierta ligereza.

En cambio, la obra es fascinante. ¿Por qué? Lo atribuyo a dos hechos. Uno, el haber logrado lo que Vargas Llosa buscaba al escribir esta historia. Y dos, a la técnica de su escritura. Detengámonos en el primer punto por un momento. Vargas Llosa mismo lo ha dicho: él nunca intentó escribir una novela policiaca. ¿Qué es lo que pretendía entonces? En mi interpretación el autor quería utilizar este crimen y la aproximación detectivesca para hacer que el lector quede inquieto, hacerlo participar de alguna manera en la trama, que al terminar el libro este quede con la sensación de necesitar intervenir en una sociedad que no marcha bien. Más aun, parece que consciente de no ser experto en el género prefirió romper sus leyes. ¿Y cuáles son las reglas de la novela policiaca? Lassiguientes: cuenta con un orden social, este orden es infringidomediante un crimen,aparecen el detective o los detectives encargados de desenmascarar el misterio y hacia el final lo logran, restaurando así el orden perdido de acuerdo a la moral establecida en nuestras sociedades. De estos cinco pasos Vargas Llosa cumple apenas con tres. La trama parece desenredarse muy pronto, antes de la mitad del libro, aunque la verdad no queda del todo destapada ni al terminar la obra; mucho menos se le deja al lector la sensación de haberse logrado  justicia sino todo lo contrario. Estaríamos entonces frente al género antipoliciaco donde más importante que el suspenso y las técnicas de investigación es el hecho de que un crimen quede impune. Esto, ligado al interés de Vargas Llosa de denunciar la violencia, la discriminación y la corrupción militar, se vuelve un solo objetivo. ¿Y qué rol cumple la historia que relata, a través de toda la obra, la atracción sexual que vive el teniente Silva? Justamente desmitificar al detective, hacer que el lector se acerque más a la realidad.

La segunda explicación del éxito de esta obra reposa en las técnicas literarias del autor, las cuales hacen un trabajo de hipnotismo literario. Expondré solo un ejemplo, de lo más elocuente sin embargo: el enfoque del narrador con sus más refinados secretos. Para explicar esto escogí al azar una página del libro (la primera del capítulo III) y observé lo siguiente: el autor abre un diálogo que más bien es un monólogo (el teniente Silva habla con Lituma pero este no le contesta); enseguida el narrador entra en la mente de Lituma para describir lo que piensa y observa; de pronto sale de ella y el que escribe es el narrador omnisciente; este hace preguntas; dice que Lituma no tiene las respuestas; intentando explicar el problema, cita un diálogo entre Silva y Lituma ocurrido en el pasado como prueba de veracidad (una frase no escrita previamente); pasa a la descripción mirando hacia  otro lado (un tercer personaje es aludido); vuelve al diálogo actual y menciona el contexto de ese encuentro (tanto presente, como el de las expectativas mediatas e inmediatas). Es decir que el narrador aparece y desaparece, y cambia de formas de narrar a su antojo. ¡Y todo esto en solo una página! Estamos frente a un escritor mayor, dueño de un alto tecnicismo al escribir, de ahí la atracción de su narrativa. No gratuitamente Vargas Llosa fue ganador del Premio Nobel de Literatura en el 2010.

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Señores, ¡yo no me dedico a eso! – Antonio Llaca

Señores, ¡yo no me dedico a eso!

   SEÑORES, ¡YO NO ME DEDICO A ESO!

Antonio Llaca Busto. Editorial Horizonte C.A., 2013.

Antonio Llaca nació en La Habana, Cuba en 1953. Médico cirujano, activista político y sindical, despliega sus dotes de escritor en la revista Desafíos ─medio informativo de la organización Solidaridad de Trabajadores Cubanos (STC)─ escribiendo desde Venezuela, país al que había emigrado. Escribe posteriormente artículos de opinión y trabajos literarios que se publican en diferentes países tales como Venezuela, Estados Unidos, Costa Rica, Argentina, Suecia, España, etc. Señores, ¡yo no me dedico a eso! es su primera novela recientemente presentada en el local de la Universidad Nacional Autónoma de México en Hull, Canadá.

Los libros ─como cada persona─ tienen la posibilidad de introducirnos a mundos simples, cultos, sofisticados, humorísticos, fantasiosos, realistas, etc. con un manejo del lenguaje que se pasea por todo lugar, no teniendo límites cuando de estilo se trata. Lo que Antonio Llaca nos ofrece en Señores, ¡yo no me dedico a eso! es espléndido: un viaje a La Habana ─permitiéndonos acercarnos a su historia e identidad─, una mirada profunda a la condición de ser mujer, la inspección de los monumentos de la Habana y referencias a la obra de García Lorca, la observación de algunos experimentos sociales cubanos y un vistazo a la relación entre Constitución, sistema legal y justicia en Cuba. Bastante más de lo que podría esperarse de un escritor no célebre.

La obra trata de un juicio realizado en el Tribunal Provincial de Ciudad de La Habana contra Martica, una hermosa mujer acusada de jineterismo (prostitución), escándalo público, actividad económica ilícita, ocupación ilegal de una vivienda, etc. El juicio nos es presentado etapa por etapa poniendo al descubierto todas las triquiñuelas con que viene envuelto un tal proceso.

La Habana se nos presenta por medio de un lenguaje natural, lleno de regionalismos que capturan con frescura el modo de ser cubano y que no despistan al lector ya que se le ofrece al pie de página sus significados en español castizo. Aparecerán así su modo de transporte, sus viviendas, sus creencias, su economía, los ciudadanos más pintorescos, sus turistas, etc. creando la impresión de estar adentrándose a la idiosincrasia de La Habana.

La descripción de los monumentos cubanos aporta la sensación de estar caminando por las calles habaneras, y las referencias a la obra de García Lorca amplían la mirada hacia el mundo. Aparecen así la estatua de José Martí, de Cristóbal Colón, de Neptuno, de la Giraldilla, las que decoran el Capitolio de La Habana, la fuente de las Ninfas, de la India, de los Leones, etc. tanto en fotografía como en los detalles de su construcción, y se insertan en el texto de una manera tal que casi no interrumpen el discurso. Mostrando un gran apego por la obra de García Lorca cita oportunamente la Yerma, Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba, etc. Ambas decisiones contribuyen a hacer de la lectura de este libro un deleite.

El lenguaje utilizado por el autor es apropiado, rico, sin afectaciones innecesarias y responde en general a una gramática adecuada. No está exento de errores ─como casi ningún libro que no haya sido revisado por un editor profesional lo está─ pero son descuidos menores que no afectan el evidente refinamiento de la prosa de Antonio Llaca. Más notorio e inconveniente, a mi particular parecer, es el hecho de que el autor escriba respetando las reglas de ortografía tradicionales en lugar de las modernas. No podemos señalar esto como una falta, de ninguna manera, hace solo cuatro años que se han cambiado las reglas ortográficas de nuestro idioma (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa, 2010).Estimo que la asimilación de estas nuevas normas tomará al menos una nueva generación. Sin embargo, son justamente los editores, los periodistas, los profesores de español, los escritores, etc. quienes deben estar a la vanguardia de los cambios en el uso de la lengua y asumir la responsabilidad de difundir el actual manejo de nuestro idioma. Puede que nadie más lo advierta pero ese es justamente el problema: que nadie se entere de los cambios acordados por las Academias. ¿Algunos ejemplos de las novedades en el uso del español? La eliminación de la tilde en el adverbio solo y en los pronombres demostrativos (este, esta, aquella, etc.), la escritura de los prefijos que deben aparecer unidos a la base (ex, pre, pro, super, etc.), la prescindencia de la mayúscula en las profesiones u oficios (juez, fiscal, abogado, ministro, presidente, etc.).

Sobre el estilo narrativo podríamos decir que hay agilidad, autenticidad, vida, energía, etc. Es un libro que se leerá velozmente, de esos que capturan por su dinámica. Sin embargo, el autor debería tal vez ─y solo a veces─ frenar tanto ímpetu y echar mano de los puntos seguidos para permitir pausas al lector, y ayudarlo así a seguir una lógica que de tan larga y compleja suele perderse en el camino. Hay párrafos de una extensión con la que es difícil lidiar; porejemplo, el iniciado en la página trece y terminado hacia el final de la página catorce sin un solo punto de por medio a pesar de que empieza hablando del juicio de Martica y termina disertando sobre Cuba y el socialismo.

No quisiera terminar estos comentarios sin hacer una mención a la portada de libro, inspirada en el Interrogatorio, extraordinaria obra de Nicolay Bessonov, y al sobresaliente prólogo escrito por María B. Rivadulla quien enmarca la obra en el sentir cubano, y subraya el rol de la mujer cubana antes de la revolución y después de esta. Hace referencia en particular a las llamadas escuelas del campo y al jineterismo ya que ambos fenómenos sociales tocarán la vida de la protagonista.

Es con una inmensa complacencia que descubrimos y presentamos a Antonio Llaca como un nuevo escritor latino-canadiense en la región Ottawa-Gatineau. Invitamos no solo a los cubanos sino a todos los latinoamericanos a leer este libro que tanto dice de la peculiar manera de ser de nuestras sociedades. Antonio Llaca tiene todas las cualidades de un buen escritor: desborda cultura, observa, investiga, mezcla realidad con ficción, tiene humor, no tiene miedo a experimentar, logra dar vida diferenciada a personajes diversos, despierta la curiosidad, consigue elaborar una trama alrededor de una temática central, sabe conectarse con el lector; en fin, cuenta con todas las herramientas para hacer de la literatura lo que debería ser: un arte.

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Historia de cronopios y famas – Julio Cortázar

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 HISTORIAS DE CRONOPIOS Y FAMAS

Julio Cortázar. Editorial Alfagura, Biblioteca Cortázar, 1995.

Julio Cortázar nace en Bruselas, Bélgica en 1914  en plena I Guerra Mundial, año en que el ejército alemán ocupa esa ciudad. Su familia busca refugio en Suiza y posteriormente en Buenos Aires, Argentina en 1918, donde su padre abandona a la familia. A la edad de nueve años ya había escrito su primera novela. Muere en Francia a los seseinta y nueve años. La importancia de su obra radica en haber propuesto una forma de hacer literatura totalmente diferente de la que se hacía en esa época, sin respeto por los tiempos lineales o por la lógica, y con un énfasis en el carácter psicológico de sus personajes.

Historias de Cronopios y de Famas es un libro de muchos cuentos cortísimos donde los cronopios y famas ocupan apenas la quinta parte final del libro, contrariamente a lo que la celebridad de su título pudiera indicar. La obra está dividida en cuatro partes: Manual de instrucciones; Ocupaciones; Material Plástico e Historias de Cronopios y Famas. El libro, en general, rompe con lo rutinario de la realidad, presentando una visión donde se rescata el asombro ante las maravillas del mundo, el humor con el que se puede ver la vida y la observación de rasgos psicosociales de los seres humanos.  El autor utiliza un tono jocoso, metafórico y absurdo, donde lo racional y objetivo son puestos de lado para dar lugar a la libertad de pensamiento y de expresividad. Por ello, podríamos  considerarla como una obra surrealista (ej. una mosca empuja un vidrio con su cabeza y lo atraviesa; un hombre decapitado camina y se da cuenta que todavía tiene sus sentidos).

El Manual de instrucciones nos enseñará, por ejemplo, a dar cuerda a un reloj, a subir las escaleras, cómo matar hormigas en Roma, cómo interpretar ciertas obras de arte; atraerá nuestra atención hacia una nube, hacia el movimiento de una polilla; pero en todo caso será insensato y disparatado, muchas veces difícil de entender. La sección Ocupaciones hablará de quehaceres libres, acciones que no sirven para nada, atacando así al pragmatismo y a la necesidad de que nuestros actos tengan un fin útil. En este capítulo Cortázar inventará historias de su familia de una manera absolutamente cómica.  Material Plástico es un grupo de historias heterogéneas donde el autor hace volar su imaginación. Allí podremos encontrarnos con gotas de agua que toman formas humanas, un camello que no puede pasar la frontera por haber sido declarado indeseable, un mundo que se llena de libros al punto de hacer desaparecer los mares, etc. El autor nos muestra que la fantasía no tiene límites, y aprovecha para lanzar algunas protestas o mensajes velados.

Historias de Cronopios y de Famas es el capítulo más célebre del libro. En él se hace abstracción de tres tipos de personalidades las cuales pasarán a formar sendos tipos de seres: los cronopios, los famas y las esperanzas. El lector se sentirá impactado con estos seres y tendrá el sentimiento de querer identificarse con alguno de ellos o separarse de los otros, sin que esa sea tarea fácil. El autor toca fibras psicológicas importantes para el ser humano; de allí la importancia de la obra. El fama es un ser organizado al extremo, meticuloso, prefiere el silencio, es exitoso económicamente, es filantrópico pero  puede destruir a otros por su codicia. El cronopio es un ser emotivo, desordenado, no previsor, vive rodeado de la bulla, puede estallar de alegría, de cólera o de tristeza. Los cronopios son sociables, generosos, artísticos, y tienen una superioridad moral respecto a los famas. Las esperanzas son seres apáticos, sedentarios que no tienen mayores anhelos ni menos luchan por conseguirlos.

Se ha aventurado también una interpretación sociológica de estos tres personajes identificando a los famas con la clase alta, a los cronopios con la clase media y a las esperanzas con los pobres; clasificación que no es descabellada si se lee con atención algunas de esas historias. Por ejemplo, los cronopios alborotan una fábrica donde trabajan las esperanzas, algunas de estas siguen a los cronopios. Los famas ─dueños de la fábrica─ harán en represalia una fiesta de donde excluirán a los cronopios y a las esperanzas que los apoyaron.

En temas tan ambiguos como estos no se puede recomendar o dejar de recomendar el libro. Si nos interesa saber o experimentar, solo queda leerlo, dejar que ese mundo desvariado entre en nuestro complejo ser, y nos hable a su manera al oído o al inconsciente. Y descubrir lo que nos dice el cronopio, el fama y la esperanza que viven dentro de nosotros.

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Henry Miller, su mujer y yo – Anaïs Nin

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        HENRY MILLER, SU MUJER Y YO

Anaïs Nin.Editorial Emece, 2006.

Anaïs Nin fue hija de padres que nacieron en Cuba pero cuyos ancestros venían de otros países ─el padre fue pianista, de familia española y la madre cantante, de familia francesa y danesa. Anaïs nació en Francia el año 1903 pero vivió gran parte de su vida en Estados Unidos. Debido a este contexto y a que su padre presentaba recitales en diferentes ciudades, Anaïs se convirtió en cosmopolita desde niña. Empezó a escribir su diario personal a la edad de once años, actividad que mantuvo toda su vida. Escribió algunas obras no intimistas pero es más conocida por sus diarios, por el énfasis que pone en lo erótico y por sus relaciones con gente famosa, especialmente por sus amoríos con Henry Miller y  Otto Rank. Falleció en Los Ángeles en 1977.

La obra Henry Miller, su mujer y yo es en realidad una parte de los diarios de Anaïs Nin. Relata la historia de sus intensas relaciones amorosas tanto con Henry  Miller como con su esposa June Mansfield. No es precisamente una obra de valor literario. La crítica ha dicho de Anaïs Nin que es una escritora menor, y ciertamente lo es. En su época las editoriales se negaban a publicar sus escritos, y escritores reconocidos en Estados Unidos ─como Truman Capote, Tennessee Williams, Gore Vidal y Djuna Barnes─ desmerecieron su trabajo; tanto así que la escritora tuvo que instalar ella misma una rústica imprenta para publicar sus primeras obras. Si su valor no reside en lo literario, ¿en qué consiste entonces el atractivo de su obra? En el hecho de que la escritora nos lleva a un mundo profundamente íntimo donde el eje central es la búsqueda ilimitada del placer. Una exploración que, además, proviene de una mujer y de una mujer nacida a principios del siglo XX; algo sin precedentes en la literatura de entonces, y totalmente ajeno a las conceptos y costumbres de esa época.

Resumir esta obra es muy simple: Anaïs conoce a Henry y se vuelve su amante (ella era entonces una mujer casada) comparte con él una intensa vida erótica y sus inquietudes literarias. Al mismo tiempo conoce a June, esposa de Henry, con quien vive su primera aventura lésbica. June desaparece de la escena debido a un largo viaje de modo que en el diario se narra más bien la relación de Anaïs con Henry Miller. Esta narración no está plagada de escenas eróticas detalladas como se suele divulgar; sí las hay pero aporta también otro tipo de confidencias femeninas: pensamientos, anhelos, sentimientos, mentiras. Nos lleva a un mundo femenino transgresor de los valores sociales y a un mundo egocentrista. En una época en que la mujer era constreñida exclusivamente a los roles de madre y esposa, y no se aceptaba que ella hablara de su sexualidad, el que Anaïs lo hiciera era una revolución.

De la autora se ha dicho equivocadamente que estuvo a la vanguardia del feminismo. No es cierto porque conceptualmente no proponía nada, ni siquiera mirarse a sí misma. Además la vida de Anaïs Nin fue totalmente atípica, podría decirse artificial. Ella fue esposa de un banquero exitoso y adinerado ─Hugh Guiler─ y como tal no tuvo que preocuparse por los quehaceres domésticos, tarea asignada a las empleadas del hogar. Nunca fue madre. Su marido, que era muy tolerante respecto a las actividades de su esposa, viajaba con frecuencia, lo cual le daba a ella más libertad aún. Es así como la autora pudo permitirse hacer lo que deseaba: escribir y explorar su erotismo con toda libertad.  Económicamente no dependía de sí misma sino de su marido, aunque llegó a producir dinero eventualmente.

Mujer, imagínese usted entregada a un mundo pasional donde busca fundamentalmente placer sexual, no la ternura ni el amor, ni la seguridad ni el dinero; imagínesecapaz de seducir y mantener relaciones paralelas con varios hombres; imagínese incitando a su marido a que observen juntos a dos mujeres haciendo el amor; imagínese atraída por alguien de su propio sexo. Esa es Anaïs Nin en este libro, y quien lo lea será  testigo del gran despertar de su exploración erótica. Más tarde ella se volverá más atrevida. Este libro nos permite conocer el testimonio de una mujer que se inicia en esa libertad. Usted decidirá si le interesa conocer tal proceso o no.

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Estrella distante – Roberto Bolaño

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           ESTRELLA DISTANTE

Roberto Bolaño. Editorial Anagrama, 2000.

Roberto Bolaño, poeta y escritor chileno, nació en Santiago de Chile en 1953  y falleció en Barcelona a la edad de cicnuenta años. Fundó, junto con Roberto Matta, el movimiento poético infrarrealista en México proponiendo la destrucción de todas las reglas que constriñen y retrasan el desarrollo del ser humano y de sus manifestaciones. Escribió Estrella distante en el año 1996.

Estrella distante es un libro extremadamente valioso por tres razones: su temática, sus mensajes y su estilo. Trata de la presencia, huida y persecución de Carlos Wieder, poeta, militar, asesino y torturador chileno, colaborador del golpe militar de Pinochet; aunque por momentos parece tratar sobre las opciones de la poesía. Extraño.

La novela resalta las repercusiones que dicho régimen traumático tuvo en la vida de muchos individuos –jóvenes poetas en la mayoría de los casos tratados en la obra─ subrayando que la reconstrucción de estos hechos reposa en la memoria y en la subjetividad de quienes lo narran. Consecuentemente abre la puerta de las versiones –y consecuentemente de las opiniones y el diálogo─ no solo de izquierda y derecha sino de las que se tejen al interior de cada uno de estos grupos. Si bien está escrita desde una perspectiva de la oposición, cuestiona permanentemente la veracidad de su conocimiento sobre los hechos. Esto es parte del valor de la obra: hace una propuesta de reflexión, señala la necesidad de elaborar una forma de discurso que pueda permitir el acercamiento a ese pasado que en el fondo une a todos los chilenos.

El autor no dice nada de esto explícitamente, deja al lector que lo descubra o que lo sienta. Roberto Bolaño es además un maestro del suspenso. En su novela domina un enfoque policial, por medio del cual lleva al lector a hacerse constantes preguntas, a plantearse hipótesis sobre lo que puede estar pasando o lo que sucederá. Uno no solamente lee esta novela sino que se inserta dentro de ella, participa en su escritura. Es otra de las cualidades de este trabajo, el escritor a través de su narrador no resuelve los hechos claramente, no caricaturiza la realidad. Ni siquiera deja ver si lo que narra es ficción o realidad. Dice y explica las cosas a medias, las desdice, las deja suspendidas. Quizá el lector no sea consciente de lo que le está pasando pero es un libro que remueve emociones y puntos de vista. Eso es lo que busca el autor: que el lector coparticipe en esta reconstrucción. Lo que hace Bolaño en esta obra es más que arte, es un arte que responde a un compromiso.

El camino que sigue el protagonista no es tradicional, no es ni el de un poeta típico ni el de un militar típico (la combinación de ambas profesiones ya es atípica de por sí). Creo que Bolaño humaniza así a un hombre que bien podríamos acusar de psicópata y que, sin duda, representa el lado que apoya a la dictadura militar. Incluso hacia el final de la obra el narrador, poeta de vanguardia,  llega a identificarse con él. Bolaño tiende puentes. De paso nos presenta su acercamiento a una poesía transgresora, una poesía que puede escribirse en el cielo, que puede identificar la muerte con valores morales, que puede vomitar sobre los libros en busca de acercamiento al verdadero ser del poeta. Habla el fundador del infrarrealismo.

Como si toda esta inteligencia fuera poca, encontraremos que Bolaño habla con frescura, con naturalidad y a veces  hasta con buen humor.Lástima que Bolaños no viviera más. Hubiera aportado riesgo a la literatura e instrumentos a esta necesidad de Chile de no negar su historia ni echarla al olvido. Distante, fuera de su patria, entregaba lo mejor de él a esa estrella que es Chile, y con ello entregaba a todo pueblo necesitado de reconciliarse con su historia, una herramienta de pensamiento, de análisis y de acercamiento. Felizmente no queda su casi una veintena de libros de poemas, cuentos y novelas, incluyendo su obras póstumas.

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El Paraíso en la otra esquina – Mario Vargas Llosa

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             EL PARAÍSO EN LA OTRA ESQUINA

Mario Vargas Llosa. Editorial Seix Barral. Biblioteca Breve, 1993.

Mario Vargas Llosa, novelista, ensayista y dramaturgo nacido en Perú el 28 de marzo de 1936. Ha recibido alrededor de un centenar de premios y distinciones, entre ellos el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias y el Nobel de Literatura 2010.

Dos libros en uno para contarnos la vida de dos celebridades: Flora Tristán y Paul Gauguin. La vida de Flora Tristán transcurre durante la primera mitad del siglo XIX, de 1803 a 1844 mientras que la vida de Paul Gauguin en la última parte del mismo siglo, de 1848 a 1903.

Una rápida mirada a ambas biografías hace pensar que nada los une; ella mujer, luchadora social, huyendo de la satisfacción de los sentidos físicos para entregarse al sueño de cambiar el mundo; él, hombre, pintor, amante del sexo, de la naturaleza, de la belleza, entregándose al sueño de encontrar en un rincón del mundo el lugar que lo ponga en contacto con esa esencia salvaje que llevamos dentro. Sin embargo, mucho los une; primero la sangre porque Flora es abuela de Paul, después su capacidad de elevarse por encima de lo establecido para imaginar y proponer lo que no existe, y finalmente una intensa fe que los lleva incluso a abandonar a sus familias ─cónyuge y pequeños hijos─ y enfrentarse a  obstáculos atípicos para luchar por lo que creen, un Paraíso que parece estar en la otra esquina.

Ambos viajan por diferentes partes del mundo, y con ellos viajamos los lectores. Así vamos con Flora  tanto a Francia (Auxerre, Avallon, Semur, Dijon, Chalon-sur-Saone, Macon, Lyon, Roanne, Saint-Étienne, Avignon, Marsella, Toulon, Nimes, Montpellier, Béziers, Carcassone, Bordeaux) como a Perú (Arequipa, Lima); con Paul a Francia (París, Ruan, Bretaña, Pont-Aven),Tahití (Papeete, Paea, Mataiea, Punaauia) y a las islas Marquesas (Atuona en la isla de Hiva Oa). Flora nos contacta con los obreros y las mujeres que sufren explotación, Paul con los pintores europeos y con el mundo nativo de los territorios de la Polinesia. Flora nos enriquece con sus ideas, Paul con sus cuadros.

Más Historia que imaginación, historia novelada, pero con un estilo a la altura de su autor, describiendo en pasado y reflexionando en diálogo directo con los protagonistas, con un dinamismo inagotable, lleno de vaivenes en el espacio y en el tiempo.

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